Tras el estudio de más de 7.500 cabellos en 23 países, L'Oréal ha llegado a una clara conclusión: nadie es igual y ningún cabello se parece otro. Para dar respuesta a las necesidades en materia de belleza capilar de sus consumidores, L'Oréal acaba de abrir en París las puertas del mayor centro de investigación del cabello del mundo.

La compañía ha destinado 100 millones de euros a la puesta en marcha de este Centro Mundial de Investigación Capilar, que ha supuesto una de las mayores inversiones en I+D en la historia del grupo.

En sus cerca de 25.000 metros cuadrados trabajan 500 empleados, entre los que se encuentran 400 científicos, desde químicos, físico-químicos y ópticos hasta investigadores en ciencias de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos. Todos estos científicos trabajan mano a mano con peluqueros y estilistas con un único objetivo de estudio: el cabello.

Todos los programas de investigación e innovación del centro se basan en tres segmentos capilares importantes. Coloración, cuidado y fijación, tanto para peinar como para crear efectos, desde el alisado hasta el volumen.

Sus vanguardistas instalaciones cuentan con máquinas que imitan las aplicaciones de los diferentes productos en el cabello, desenredan el pelo, miden su suavidad, valoran cómo le afectan las diferentes condiciones climáticas y hasta calibran el movimiento. Otros robots preparan diariamente miles de fórmulas.

Este nuevo espacio es el buque insignia de una red de seis centros regionales dedicados al cabello que el Grupo L'Oréal tiene repartidos en Estados Unidos, Japón, China, Brasil, India y Europa. El poder de esta organización en red radica en la recopilación y explotación de información, que se incorpora a bases de datos compartidas que se explotan para innovar de manera más rápida, predecir el resultado percibido y, por lo tanto, ganar en efectividad de manera competitiva.