Al no ingerir nutrientes, calorías ni vitaminas, no sólo no conseguiremos adelgazar sino que además nuestra salud sufrirá grandes consecuencias.
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Con las fiestas en plena efervescencia, exceso tras exceso, ya empezamos a buscar como locas ese remedio detox que nos libere de los estragos de las Navidades nada más empezar la cuesta de enero. En esta carrera contrarreloj por volver a nuestra figura pre-fiestas confiamos en cualquier dieta milagro, incluso en la última que marca tendencia, la dieta del agua. Moda que cuenta ya con hashtag propio (#waterfast) para poder compartir la experiencia en las redes sociales.

Si normalmente estos "remedios" dietéticos ya son peligrosos y no sirven para nada, éste se lleva la palma. Esta nueva dieta de moda a base de agua consiste en no comer ni beber nada más que eso, agua, con lo que, efectivamente, se basa en un ayuno total y absoluto. Algo imposible de soportar, pues en algún momento necesitaremos volver a comer.

Obviamente, al no consumir ningún alimento que, a diferencia del agua, contenga calorías, vitaminas y mayor cantidad de minerales, en un principio notaremos cómo adelgazamos sintiéndonos bien, ya que nuestro cuerpo consume sus propias reservas. Después, no sólo será casi imposible mantener el peso conseguido, sino que nuestro organismo podrá sufrir graves consecuencias, ya que en él se desata un auténtico efecto dominó.

Tras 24 o 48 horas sin consumir ningún tipo de caloría, los músculos empiezan a quedarse sin reservas de glucógeno y nuestra tasa metabólica empieza a disminuir para controlar la escasez de "combustible" de nuestro organismo. Así, en un primer momento, nos sentiremos llenos de energía y mucho mejor con nosotros mismos para dejar paso al cansancio, el hambre, el sueño y, en definitiva, todas esas sensaciones que nos impiden "ser persona".

Nuestros órganos, por su parte, que de por sí necesitan un riego constante de nutrientes para funcionar correctamente, ante la falta de minerales, proteínas, grasas y vitaminas, dependerán de las reservas del organismo. Algo que provocará que estos órganos y células tengan que trabajar más del doble para mantener el bienestar del cuerpo pero sin combustible. Todo ello, sin contar que el sistema digestivo también se ralentizará y que la tasa metabólica vuelve a reducirse.

Por supuesto, nuestro organismo no podrá soportar mucho tiempo funcionando sólo a base de reservas, por lo que, la masa muscular se irá descomponiendo para hacer las veces de combustible y amortiguar la reducción de tasa metabólica. Es decir, nuestro cuerpo acabará "alimentándose" de los músculos. Podremos perder un par de kilos en un principio, pero cuanto más dure la dieta, la reducción de tasa metabólica hará nuestra pérdida de peso más lenta. Hecho que explica que, cuando queremos quitarnos sólo unos kilos de más de encima, no podamos conseguir nuestros objetivos aunque nos alimentemos sólo de aire.

Pero ya, lejos de ser o no eficientes para la pérdida de peso, las dietas por inanición como esta son realmente peligrosas, y no sólo para aquellos que padecen problemas de salud como la diabetes o la hipoglucemia. Además de cansancio, sueño, falta de energía, mal humor o falta de concentración, estas dietas milagro pueden provocar desmayos, mareos, paros cardíacos y confusión, además de provocar enfermedades derivadas de todas las carencias sufridas.