La Gran Vía madrileña luce desde hoy una nueva lona publicitaria, pero no es una al uso. Se trata de una tela de 1000 metros cuadrados con efecto antipolución, que elimina los compuestos nocivos que producen coches, fábricas y resto de elementos contaminantes de la ciudad. La responsable de su colocación es la firma Shiseido, que pretende de esta manera concienciar sobre los efectos nocivos de la contaminación en la piel, problema que la firma pretende atajar a través de su línea Ultimune.

La pancarta es capaz de purificar el ambiente gracias al dióxido de titanio, un compuesto que la recubre y que genera fotocatálisis, un proceso muy similar a la fotosíntesis que realizan de forma natural las plantas. La fotocatálisis consigue descomponer el CO2 (principal gas causante del calentamiento global) en sus distintas moléculas.

A través de esta reacción, la lona publicitaria logra un efecto en el medio ambiente similar al que generan 1.000 árboles al año. Esta tecnología, pionera en Europa, supone un gran avance en la lucha contra la contaminación.