Todos pasamos por algún momento en nuestras vidas (especialmente las chicas) en el que tratamos de ser perfectos. ¿Quizá comienza en algún momento de segundo grado tras el día de la foto de curso, cuando luces el pelo encrespado porque tu madre dice que es bonito pero tus compañeros se ríen de ti? Es entonces cuando agarras un cepillo y te sujetas el pelo en una coleta lo más tirante posible para hacer un moño que esconda una parte de lo que tú eres, con la intención de encajar en lo que otros consideran que es la perfección.

Sí, probablemente sea en ese momento.

¿O tal vez sea en los primeros años de instituto? Cuando todas las chicas 'guapas' son las que llevan barra de labios, delineador y máscara. A muchas de ellas se les da tan bien maquillarse que incluso parecen algunas de esas modelos que ves en las revistas—las mismas que te hacen sentir un poco incómoda contigo misma, poco representada o simplemente invisible–.

Ese es otro momento en el que te das cuenta de que, para ser considerada como bella, tienes que cubrir tu rostro tratando de alcanzar la perfección.

Sí, está claro que ese es otro momento.

Creedme, eso no acaba en el instituto. Recuerdo cuando comencé a ser conocida. ¡Oh dios mío! Todo el mundo tenía algo que decir sobre mí. "Ella es muy dura, actúa como un tío, debe de ser lesbiana, ¿por qué no es más femenina?" Pero la verdad es que, sencillamente, soy de Nueva York. Toda la gente que conozco actúa así. En las calles de Nueva York tienes que ser duro, ¡la gente debe saber que no tienes miedo a pelear!

Pero eso no eran las calles neoyorquinas. Era el duro y prejuicioso mundo del espectáculo, y mi mayor prueba hasta la fecha. Comencé, más que nunca, a ser como un camaleón. No siendo nunca enteramente yo, sino cambiando constantemente para ser aceptada.

Antes de comenzar mi nuevo álbum, escribí una lista de cosas de las que estaba harta. Y una de ellas era cómo a las mujeres les lavan el cerebro para que sientan que deben ser delgadas, o sexis, o deseables, o perfectas. Una de las cosas de las que más harta estaba era el constante juicio al que se somete a las mujeres. La estereotipación constante a través de cualquier medio que nos hace sentir que una talla normal no es normal en absoluto. O el mensaje perpetuo de que ser 'sexy' implica estar desnuda.

Todo esto es increíblemente frustrante e imposible.

Me di cuenta de que, durante este proceso, escribía un montón de canciones sobre máscaras, metáforas sobre estar escondido. Necesitaba esas canciones porque realmente sentía todas esas inseguridades.

Finalmente, estaba desenmascarando todo lo que me censuraba a mi misma, y eso me asustó. ¿Quién era yo? ¿Sabía yo cómo ser brutalmente honesta? ¿Quién quería ser yo? No conocía las respuestas a esas preguntas, pero necesitaba desesperadamente saberlas. En una canción que escribí, llamada "cuando una chica no puede ser ella misma", dije:

Por la mañana, desde el minuto en que me levanto/ Qué pasa si no quiero ponerme todo ese maquillaje/ Quién dice que debo esconder de lo que estoy hecha/ Quizá todo este Maybelline está cubriendo mi autoestima

Lo cierto es que así era como comenzaba a sentirme. Como si yo, por mi misma, no fuera suficiente para que el mundo me mirase. Esto se empezó a manifestar a muchos niveles y no era sano. Cada vez que salía de casa, me preocupaba no llevar maquillaje. ¿Y si alguien quería hacerse una foto conmigo? ¿Y si esas personas LA POSTEABAN? Esos eran los inseguros y superficiales—aunque honestos—pensamientos que tenía. Y gran parte de esto, de un modo u otro, estaba demasiado basado en lo que los demás pudieran pensar de mi.

Empecé a hacer meditación, y es entonces cuando pude concentrarme en mi misma, en conocerme mejor. Desarrollé una práctica para descubrir mi auténtico yo. Me prometí que vería las cosas de manera diferente en lo que respecta a mi imagen y que dejaría que mi propio yo, tal y como es, saliera a la luz.

El tiempo pasó desde que escribí "Cuando una Chica no Puede Ser Ella Misma" y no volví a pensar en ello. Supongo que estaba demasiado ocupada en crear música como para centrarme específicamente en eso.

No fue hasta uno de los primeros 'shootings' para mi nuevo álbum cuando la problemática saltó a la palestra de nuevo. Yo acababa de llegar del gimnasio, tenía un pañuelo bajo mi gorra de béisbol y la preciosa fotógrafa Paola (nunca he conocido a una Paola que no me guste) me dijo: "¡Tengo que fotografiarte así, ahora mismo! La música es cruda y real, así que estas fotos también deberían serlo".

Yo me quedé en 'shock'. Instantáneamente, me sentí nerviosa y un poco incómoda. Iba completamente a cara lavada. ¡Llevaba puesta una sudadera! Aquel era mi look de 'tengo que darme prisa en llegar a la sesión para que me arreglen', no el look de la sesión en sí. Así que le pregunté: "¿Ahora? ¿Quieres decir 'así'? ¡Yo quería ser una mujer real, pero puede que aquello fuera demasiado real!

Pero así fue. Ella comenzó a hacerme fotos.

Estaba delante de un fondo blanco liso, la fotógrafa y yo estábamos compartiendo un momento íntimo. Mi pañuelo, mi gorra y yo con un montón de magia invisible circulando por el ambiente. Y puedo jurar que fue el momento de mi vida en que más poderosa, más libre y más honestamente bella me he sentido.

Me sentí poderosa porque mis propias intenciones se habían materializado por si mismas. Mi deseo de escucharme, de romper las paredes que yo había construido a lo largo de tantos años, de tener un propósito y de ser yo misma. El universo había escuchado aquellas cosas que me había prometido, o quizá era yo la que finalmente estaba escuchando al universo. Pero, sea como fuere, así es como mi idea del #nomakeup comenzó. Cuando la foto que hice con Paola salió como parte del material de mi nueva canción "In Common", otros postearon 'selfies' con la etiqueta #nomakeup en respuesta.

Espero que esto sea una auténtica revolución.

Porque ya no quiero cubrirme más. Ni mi cara, ni mi mente, ni mi alma. Ni siquiera mis pensamientos, mis sueños, mis luchas o mi desarrollo emocional. Nada.

Alicia Keys es una cantante, escritora y productora ganadora de 15 premios Grammy. También es actriz, autora 'best seller' del New York Times y emprendedora, además de ser una poderosa voz activista.

Publicado en Lenny, la 'newsletter' fundada por Lena Dunham y Jenni Kooner, creadoras de la serie de HBO 'Girls'. Puedes suscribirte en lennyletter.com

Vía: Lenny