Las estrellas infantiles no siempre acaban bien, aunque este no es el caso de Chloë Grace Moretz. La actriz tienen ahora 19 años y tres películas pendientes, 8 millones de seguidores en Instagram, una mentora llamada Hillary Clinton y un novio llamado Brooklyn Beckham. Además, Chloë es una embajadora de la positividad corporal y una ‘feminista millennial’ que no duda en cuestionar las acciones de la mismísima Kim Kardashian.

Moretz es además embajadora de la firma Coach, motivo por el cual hemos tenido el honor de hablar con ella acerca del futuro del ‘Girl Power’.

Hillary Clinton te ha preguntado por los problemas a los que se ven sometidas las jóvenes de hoy en día. ¿Qué le contaste?

Mi mayor problema como persona joven, independientemente del sexo, es nuestro sistema educativo. Cuando cumplí 18 años, decidí que no quería gastar mis ahorros en la universidad. El dinero que tengo lo he ganado yo misma trabajando duro. Y no quiero gastarlo todo en ir a la universidad para luego pasarme 15 años devolviéndolo, de modo que esa es una experiencia que me voy a perder. Así que esto es lo que le conté a Hillary. Le dije: “¿no podemos hacer algo para que, a los 18, a los jóvenes les apetezca de verdad seguir estudiando”? Es algo que debería ser gratuito, no deberíamos tener que comprar educación. Con ello, conseguiríamos que los sueldos fuesen más altos, que mejorara la satisfacción laboral y, probablemente, mejoraría nuestra empatía. La educación lo es todo.

¿De qué más cosas hablasteis Hillary y tú?

Del empoderamiento femenino y de cómo muchas chicas se sienten coartadas a la hora de mostrar cómo son en realidad. Esto es una causa del sexismo latente en America, que ahora está saliendo a la luz en la campaña de Donald Trump.

¿Cómo trasladas ese mensaje al hecho de ser actriz y modelo?

Es por ese motivo que intento ser lo más natural posible. Cuando firmé la campaña con Coach, todos coincidimos en que el maquillaje y el peinado debían parecer algo que podrías llevar en tu vida diaria. Tampoco cuelgo ‘posts’ en Instagram que hayan sido retocados o en los que lleve mucho maquillaje. Me gusta parecer lo más natural posible. Pero quiero dejar claro a mis seguidoras jóvenes que la gente simplemente no nace así. Sí, llevo extensiones, y la razón por la que tengo este cuerpo es porque entreno siete días a la semana. Y sí, también como extremadamente sano, incluso cuando no me apetece, pero eso no quiere decir que de vez en cuando no me de caprichos.  A veces es necesario trabajar para conseguir algo, pero al mismo tiempo sentirse feliz siendo como eres. Este complicado equilibrio es lo que quiero que las mujeres jóvenes aprendan.

¿Cuándo te diste cuenta de que esta filosofía no es lo habitual en Hollywood?

Cuando tenía 16 años, quería operarme los pechos. Quería deshacerme de la capa de grasa de debajo de mi barbilla. También quería una reducción de trasero, o lo que fuera. Hasta que mi madre dijo: “Absolutamente no, no tienes mi permiso para operarte”. Y, gracias a eso, salí reforzada mis propias inseguridades. Me han hecho ser quién soy hoy.

¿Qué haces cuando tienes un mal día?

Mi novio es un gran apoyo. No me entiendas mal: no es que necesite un hombre en mi vida, pero cuando me siento mal conmigo misma, él siempre me dice: “Para un segundo y piensa en las cosas que dices en las entrevistas, los valores que defiendes. Escucha tus propias palabras porque eres tan bella como tú misma dices que eres! Creo que todas las mujeres son más bellas de lo que creen, y tú me gustas más en pijama que sobre la alfombra roja” Y es genial contar con un chico que a los 17 años sea capaz de mirar a una mujer de esa forma. 

¿Cuál ha sido el último tuit o ‘post’ en Instagram que finalmente decidiste no enviar?

Eso me pasa cada día. Pienso: “¿Debería escribir yo esto? No, mejor lo borro”. Hoy he tuiteado una cosa muy estúpida: “Soy un tartar de ternera”. ¡Pero es que realmente lo soy! Soy aventurera pero sólida y clásica. ¡Además, siempre puedes contar con un trozo de carne!

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Tienes cuatro hermanos. ¿Les robarías algo de ropa a ellos?

Lo hago todo el rato. Cuando mi hermano va a comprar ropa, siempre me pregunta que si quiero ir con él. Me gusta llevar chaquetas, sudaderas y camisas de hombre. Aunque luego tengo que llevarlo todo a la costurera para que me lo arregle…

¿Y productos de belleza?

Mi novio y yo utilizamos el uno el perfume del otro. Él lleva la versión femenina del mío y yo la masculina.

Además de Brooklyn, Meghan Trainor y tú os habéis hecho muy buenas amigas. ¿Cómo os conocisteis?

Nos conocimos en unos premios. Ella me abordó y me dijo: “me encantas, me gustaría que fuéramos amigas”. Nos llevamos muy bien porque las dos odiamos el ‘establishment’. Simplemente, lo observamos todo y pensamos: “somos ridículos, somos estúpidos… demostremos a todas esas chicas que nada de esto es real y que sólo deberíamos pasarlo bien”.

¿Así que sois como el ‘anti-squad’?

Sí, lo cierto es que sí (risas).

Fuente: Elle.com