"Ser una mujer en esta industria no es la cosa más fácil del mundo, pero creo que he aprendido una lección": con estas palabras, Courteney Cox, de 52 años, respondía a Bear Grylls en el programa 'Running Wild' cuando este le preguntó por las presiones a las que se ven sometidas las actrices de Hollywood con su aspecto físico.

"He pasado mucho tiempo tratando de luchar contra el paso del tiempo, pero es algo que sencillamente no se puede hacer", continúa contando Cox. "A veces lo intentas y, de repente, ves una foto tuya y piensas: 'Dios mío, estoy horrible'. He hecho cosas de las que me arrepiento pero, afortunadamente, muchas se disuelven y simplemente desaparecen. Eso es bueno, porque ese no ha sido siempre mi mejor aspecto".

Parece que la actriz se refería al uso del bótox, una sustancia reabsorbible por el organismo cuyos efectos duran un máximo de seis meses. Además, no es la primera vez que Cox se muestra descontenta con este procedimiento estético: "Una vez me puse demasiado [bótox] y no podía mover bien la cara. Me sentía atrapada en mi propia piel", declaró en 2010 a una revista norteamericana.

A juzgar por sus palabras, parece que Courteney ha conseguido aceptar el paso del tiempo: "Ahora tengo un nuevo lema: simplemente, dejar que las cosas sean como sean. Hay algunas partes de envejecer que son fantásticas, como ver a mi hija atravesar el juego de la vida".

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