Admítelo: tu nombre aparece (o ha aparecido alguna vez) entre ese 99,9% de mujeres a las que el color del pintalabios les mancha los dientes y que ha vivido en más de una ocasión ese embarazoso momento de sonrisa con dientes pintados. ¿O NO?

En el momento en el que te das cuenta, acudes con nerviosismo a frotar el dedo por tus dientes empeorando en muchos casos la situación.

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(GIPHY)

Ok, pues escucha bien porque vamos a decirte algo importante: NUNCA MÁS.

Este es el truco definitivo para no volver a mancharte los dientes de rojo, morado o marrón. Y aunque no sea lo más elegante (te aconsejamos que no lo hagas delante de mucha gente o parecerá un poco "extraño" -por llamarlo de alguna manera-), es más efectivo que ningún otro.

Aunque suene WTF, es exactamente lo que tienes que hacer: justo después de pintarte los labios, introduce el dedo pulgar en la boca y sácalo procurando rozar la cara interna de los labios. Esto hará que cuando saques el dedo de la boca, esos restos de pintalabios que iban a ir directos a tus dientes, se queden en el dedo.

Y voilà! ¿Dientes pintados? No serás tú.