No todas las arrugas son iguales. "Las dinámicas son atribuidas a los gestos que realizamos y son temporales, ya que aparecen y desaparecen con la contracción y relajación de los músculos. Mientras que las arrugas estáticas, también llamadas arrugas refractarias o pasivas, marcan la piel de forma permanente por la conformación anatómica de ciertas regiones faciales o corporales", explica la médico estético Almudena Royo Pérez.

Las primeras responden muy bien a los tratamientos con toxina botulínica, popularmente conocida como Botox, pero las segundas no responden ni a la toxina, ni a los rellenos dérmicos o subdérmicos. "Se trata de líneas que aparecen inicialmente en las zonas de mayor tensión merced a la mímica y que se van pronunciando con el tiempo hasta que suponen una fractura cutánea", asegura la doctora Royo Pérez. Para entenderlo mejor: son las arrugas que no desaparecen cuando nuestros gestos se relajan, de manera que se marcan de forma permanente y las técnicas convencionales no pueden hacer mucho por evitarlo.

Su carta de presentación:

* Son superficiales.

* No son homogéneas.

* En algunos tramos son más profundas y en otros pueden ser más anchas.

* No se corrigen con rellenos convencionales.

* Tampoco remiten con bótox.

* No sólo dependen de la contracción del músculo subyacente. En ocasiones se deben a la disposición facial.

Además hay personas que no responden bien al Botox, son alérgicas o reacias a él, ya que no hay que olvidar que mal pinchado puede producir la caída del párpado o del músculo facial en el que se ha realizado la inyección. También puede provocar cambios muy drásticos, 'congelar' la expresión, impedir que cerremos el ojo completamente, producir un lagrimeo constante o, al contrario, síndrome de ojo seco e incluso debilitamiento de los músculos faciales.

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Madonna y Cher o cómo hacer que el Botox se te vaya de las manos.

Para 'planchar' las arrugas estáticas sin tener que recurrir al Botox se ha desarrollado una nueva técnica indoloraconocida como Blanching, que las difumina una a una, sin alterar la expresión.

¿En qué consiste? "Es una infiltración multipunto, que se realiza inyectando micro-depósitos de ácido hialurónico cohesivo llamado Belotero, a lo largo de la arruga y a nivel superficial. Al finalizar, el producto se reparte con suave masaje hasta conseguir un aspecto uniforme en toda la arruga", explica la Dra. Royo Pérez. No se trata de un ácido hialurónico normal, sino de un gel con matriz polidensificada. Es decir, más denso, consistente y cohesivo, que permite que las infiltraciones sean más superficiales, aunque no por ello detectables.

Las ventajas: "La técnica permite la incorporación inmediata a la vida cotidiana y se lleva a cabo en una sola sesión de 20 minutos. Como se realiza a nivel superficial no produce inflamación aparente ni hematomas, tampoco alteración de la expresión. Y elimina todo tipo de arrugas superficiales, las activas y las pasivas. Además es una alternativa al botox para las arrugas dinámicas", enumera la doctora.

Los peros: Los efectos solo duran 6 meses, transcurrido este tiempo hay que repetir tratamiento para disfrutar de un rostro sin arrugas. Al tratarse de pinchazos superficiales y ponerse muy poca cantidad los efectos secundarios son 'raros' y transitorios: "puede aparecer sensibilidad, induración cutánea, eritema, molestia o un mayor relieve en la zona", apunta la médico estético. Y, como sucede con cualquier tratamiento con ácido hialurónico, "deben abstenerse pacientes alérgicos o reactivos en general y embarazadas. Además de evitarse su inyección en zonas inflamadas o infectadas, con heridas abiertas o sometidas a algún proceso de curación", concluye.

Precio: desde 350 €.

Dónde: IML