"A la capacidad innata que tiene la piel para adaptarse y reaccionar positivamente a las agresiones adversas se le llama resilencia cutánea", define la médico estético Josefina Royo, directora de IML. Este término que suena a chino no es otra cosa que la capacidad que tiene nuestro cutis de sobreponerse a los contratiempos –léase factores medioambientales, edad y tensiones psicológicas- e incluso de salir fortalecida de ellos.

Contaminación ambiental: "Formada por micropartículas en suspensión que se depositan en el manto protector de la piel -capa hidrolipídica-, acelera la oxidación y la deshidratación cutánea. Para luchar contra ella es importante la administración de antioxidantes ricos en vitaminas E, C y B" aconseja la doctora Royo.

Cambio climático: "El aumento de la temperatura induce la aparición de capilares dilatados –telangiectasias-, mientas que la desecación ambiental influye negativamente sobre la enzima responsable del factor natural de hidratación. En estas condiciones, el efecto barrera de la capa córnea se ve comprometido frente a agresiones de tipo físico, químico o mecánico", detalla la Dra. Royo.

Agresión solar: "Consecuencia del cambio climático y la reducción de la capa de ozono en un 1-2%, conlleva fotoenvejecimiento y riesgo de melanoma. Rayos ultravioletas A, B y C no solo generan radicales libres que alteran las proteínas –colágeno y elastina-, sino que inducen mutaciones celulares de inquietante pronóstico", asegura.

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La resilencia cutánea viene determinada genéticamente y es cierto que se va 'agotando' por culpa de todos estos factores. El panorama no parece muy halagüeño. ¡Tranquila! No está todo perdido. Aquí viene la buena noticia: puede reforzarse con los tratamientos adecuados. ¿Cuáles?

Luz Roja a 633 Nm: Esta luz de diodo visible y atérmica, se puede aplicar en el conjunto del rostro, el escote y la manos. "Induce reacciones en las células de la dermis profunda como mitocondrias –energía-, fibroblastos -colágeno, elastina- y células madre –mitosis-. Además, estimula la formación de vasos sanguíneos, aumenta la oxigenación de la piel y disminuye la inflamación tisular", describe la Dra. Royo. Se traduce en una gran mejoría de las pieles fotoenvejecidas; es decir, estas presentan menos arrugas, más firmeza y mayor luminosidad. Son necesarias 2 sesiones semanales, hasta completar un total de 4. Precio: 125 €/sesión.

Láser Infrarrojo Fraccional 1540: "Su energía produce disparos en micro-columnas que alcanzan la dermis reticular, a 1 mm de profundidad. Así se consigue un rejuvenecimiento no ablativo y fraccional, que no produce descamación visible porque respeta la capa epidérmica, y da lugar a la formación de colágeno nuevo en las columnas afectadas, que se auto-reparan rápidamente", detalla la doctora. Es tan preciso y seguro que puede ser utilizado incluso en áreas de piel fina como escote, manos y brazos. Consigue un rejuvenecimiento de dentro hacia fuera. Se recomiendan 4 sesiones, a razón de una cada 3 semanas. Precio: 1.500 €/4 sesiones.

Mesoterapia Anti-Ox: Consiste en depositar mediante micro-inyecciones a nivel subcutáneo un cóctel de vitaminas y oligoelementos anti-radicales libres, específicamente seleccionados para potenciar la resilencia cutánea. "Su fórmula magistral incluye ácido hialurónico –hidratación-, vitaminas A, E, C y B –antioxidantes- y oligoelementos –luminosidad y reestructuración-", cuenta Royo. A su efecto preventivo, se suma una acción revitalizante de efectos inmediatos, que se traduce en una nueva luminosidad y transparencia. Es necesario realizarse 3 sesiones, a razón de una cada 15 días. Y luego una de mantenimiento cada 3 meses. Precio: 180 €/sesión.