Toda una vida negando que tú te desmaquillas con toallitas porque sabías que no era lo mejor (y para qué pregonarlo, ¿no?). Lo que pasa en la mesilla de noche, se queda en la mesilla de noche. ¿Cuántas veces habrás dejado ahí una toallita llena de rimmel y barra de labios porque no te apetecía emplear más tiempo en desmaquillarte y lo único que querías era dormir? ¿Más de las que te hubiera gustado? Pues tenemos noticias para hacerte sentir mejor: ni es tan bueno como querías pensar, ni es tan malo como pensabas.

Y es que, a pesar de que la limpieza facial y la forma correcta de desmaquillarse es FUNDAMENTAL para tener una buena piel y no lamentarse en el futuro, las toallitas no son el demonio y pueden ayudarte mucho a la hora de eliminar el maquillaje.

La clave: usarlas como un complemento y no como el producto fundamental. Es decir, utiliza un producto de limpieza facial desmaquillante como las leches limpiadoras o los bálsamos, masajeando sobre el rostro maquillado y retíralo con una toallita húmeda desmaquillante. Así, SÍ.

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Es más, actualmente se ha avanzado mucho en el terreno de las toallitas y ya no sólo son trozos de papel humedecido en alcohol. Ahora, puedes encontrarlas para pieles sensibles, orgánicas, con leche hidratante, con aloe vera, para pieles envejecidas…

Tras retirar el producto, limpia la cara con una solución jabonosa y aclara. Aplica después tu rutina de tratamiento.

Eso sí, debes saber que abusando de las toallitas no estás haciendo ningún favor al planeta. Y aunque las utilices de vez en cuando, deberías conocer y probar las toallas "mágicas". Muselinas especialmente creadas para poder reutilizarlas tras desmaquillarte, lavándolas con agua y jabón, para evitar crear más deshechos difícilmente digeribles para el medio ambiente.