En EE UU hace 20 años que funcionan varios métodos basados en los mismos principios, pero el método ha vuelto a salir a la palestra tras la singular propuesta del restaurante Eat, situado en Brooklyn (Nueva York), de comer en silencio una vez al mes un menú cerrado de cuatro platos, con el fin de dedicar los cinco sentidos y disfrutar al máximo de la comida.

Según Nicholas Nauman, chef del restaurante, el silencio da a los clientes la oportunidad de disfrutar mejor de los alimentos. Lo único que se oye es el ruido de los cubiertos sobre los platos o el trajín de la cocina. “Hay una gran energía en la sala”, asegura.

¿Qué es la alimentación consciente?

Tiene su origen en el mindfulness –conciencia plena- del Dr. Jon Kabat-Zinn de la UMASS, de Massachusetts, y en su programa MBSR de reducción de estrés, así como en técnicas de inteligencia emocional. No pone la atención en qué comer sino en cómo y para qué comemos. “Se trata de adoptar una serie de hábitos que te enseñan a relacionarte con la comida y, en definitiva, contigo mismo, de un modo diferente. Sin hacer ningún tipo de dieta, consiste en ser consciente tanto de tus sensaciones físicas –hambre-saciedad-, como de tus emociones, para ser libre de elegir cuándo empezar y cuándo terminar de comer”, explica Mª Pilar Casanova, Coacher en Alimentación Consciente (Barcelona, tel. 619 718 416).

Los pilares del método

No comas si no tienes hambre

Cada vez que vayas a comer pregúntate para qué vas a comer. Si la respuesta es que te aburres, estás enfadada, sola, agobiada, estresada o simplemente quieres descansar, no comas. Trata de resolver estos problemas de otra forma: date una ducha de agua caliente, llama a una amiga, ponte a caminar, leer o escribir, escucha música, planifica tus vacaciones…

Antes de comer y cenar, bebe un vaso de agua: Te sacia y calma tu ansiedad. “En ocasiones no sabemos distinguir entre el hambre y la sed, y acabamos comiendo cuando deberíamos estar bebiendo”, revela Casanova.

Saborea cada bocado

Come de todo, saboreando cada bocado como si cada plato estuviera preparado por Ferran Adrià. Uno de los ejercicios consiste en invitar a los participantes a comer una mandarina, una patata, una onza de chocolate, una aceituna o un puñadito de pasas, en 20 minutos. En este tiempo podemos mirar lo que estamos comiendo, reflexionar sobre ello, tenerlo entre nuestra manos, llevarlo a nuestra boca, masticar pacientemente y disfrutar de su sabor”, explica la experta.

Come sin distracciones

Si te conectas a algún dispositivo tecnológico –tele, ordenador, Ipad, Iphone-, te desconectas tú, advierte Casanova. “Tienes que estar en contacto contigo misma y con tus sensaciones. Tampoco comas de pie, aunque sea un snack, hazlo siempre sentada y con un plato delante, porque no lo registras como si estuvieras comiendo y no eres consciente de lo que ingieres”, asegura.

Come de todo

“Atrévete a comer de todo, el problema no es lo que comes sino la cantidad que comes. Y si tienes alimentos prohibidos aumenta la tentación de ingerirlos. Si no los hay no hay nada que transgredir”, según la coacher.

Pregúntate ¿tengo más hambre?: Nos han enseñado a comérnoslo todo, sin dejar nada en el plato. Pues bien, con este método la primera semana te enseñan a dejarte algo de comida en el plato y tirarlo, para que rompas el hábito. A cambio debes poner un euro en una hucha cada vez que lo hagas y dárselo a una ONG. “Tú no eres un cubo de basura y este gesto ayuda mucho más a todos”, asegura Casanova.

alimentación consciente
Christian Vierig

Acaba siempre la última

Cuando vamos en grupo nos descontrolamos. “Observa quién acaba el último en comer y termina después que él. E invierte como poco 20 minutos en tu comida”, aconseja la experta.

Ejercicio

Se trata de realizar 30 minutos diarios de una actividad aeróbica que realmente te guste, puede ser caminar, correr, nadar, montar en bicicleta…Y de incorporar el ejercicio en tu vida, subiendo escaleras en lugar del ascensor, bajándote una parada antes del metro o el autobús, yendo a pie a recoger a los niños al cole…

Meditación

Se recomiendan 15 minutos diarios de meditación –simplemente respirar profundamente y dejar pasar los pensamientos, como si tú fueras el cielo y tus pensamientos las nubes que pasan-. “Esta práctica ayuda a entrenar la atención”, asegura la experta.

Motívate

La visualización es un ejercicio que se hace siempre durante el curso. “Tienes que decirle a tu subsconsciente como quieres ser, imaginarte como será tu cuerpo cuando adelgaces, cómo te sentirás, cómo te moverás… Tienes que saber quién quieres ser para poder ser esa persona. Y pensar que todo lo que has logrado en tu vida ha sido porque te lo habías propuesto antes”, concluye la coacher.

Resultados

Puedes adelgazar de 2 a 3 Kg en 8 semanas, pero el principal resultado es el cambio de hábitos. Comer de todo, pero sólo cuando tienes hambre física de verdad. Te sientes liberada, tranquila y dejas de luchar con la comida. “Aprendes a conectar contigo, con tus necesidades y a satisfacerlas de un modo más adecuado. Adoptas recursos para regular tus emociones”, apunta Casanova.

Ventajas

No hay que hacer dieta. “Las dietas funcionan solo a corto plazo”, advierte Casanova. Tampoco cambias tu alimentación, ni hay restricciones de ningún tipo, y puedes hacer tu vida social habitual. “Es un método para obtener resultados a largo plazo y mantener un peso adecuado de manera sostenible”, asegura la experta.

Más información: www.alimentacion-consciente-com, www.atreveteacomer.com

Nutrición Emocional

Llevar a cabo una alimentación consciente no sólo es saludable para el cuerpo, sino también para la mente. La forma perfecta para comenzar a reconstruirte, si el estrés y la ansiedad han podido contigo. La autora del libro ‘Nutrición Emocional’, Fran Sabal, nutricionista licenciada por la Universidad de Valparaíso, afirma: “Es necesario seguir una alimentación que nos proporcione los nutrientes que nuestras células necesitan. De esta forma reduciremos la ansiedad, ya que nuestro cuerpo estará satisfecho”.

Cómo gestionar la despensa de la alimentación consciente

Fran Sabal, nos da algunos consejos para mantener el sistema inmunitario en las mejores condiciones y gestionar nuestra despensa.

Comprar alimentos integrales

Y es que estos alimentos contienen íntegros todos sus nutrientes. Y esto ayuda a nutrir las células y a reducir la sensación de ansiedad física, según Sabal. Y esa ansiedad física se refiere al hambre insaciable.

Busca nuevas recetas

Y distrae a tu cerebro con el aprendizaje. Una forma de gestionar también nuestras emociones ya que sentirse satisfecho con uno mismo descubriendo nuevas cosas, produce una sensación muy positiva en la autoestima.

Come fruta TODOS los días

Son las mayores fuentes de vitaminas. Al menos, 2 piezas.

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Christian Vierig

Come con consciencia

Es decir, no comas mientras haces otras tareas. El cerebro no le presta la atención que merece el hecho en sí de comer. Y según Fran Sabal: “para él, si no hemos prestado atención mientras comemos, es como si no lo hubiésemos realizado, por lo que exige que lo hagamos de nuevo”.

Perder peso, comiendo con conciencia

Si hay una gurú del mindfulnes y el yoga que ha aportado mucha luz a este terreno, es Xuan Lan. En uno de los capítulos de su libro (todo un súper ventas), Yoga para mi bienestar, habla precisamente de cómo utilizar a tu favor esa alimentación consciente para perder peso.

"A decir verdad, no existe dieta milagrosa que te quite tres kilos en una semana sin devolvértelos en dos meses", dice. Así que al contrario de todos esos milagros, recomienda cambiar la relación con la comida en el día a día para evitar precisamente ese estrés de la operación bikini. No sólo para conseguir un peso saludable, sino también para mantenerlo.

La experta hace hincapié en que mantener una alimentación saludable es fácil, cuando sabes organizarte. Cuando has descansado o cuando tu situación personal o laboral te sonríe. Pero efectivamente, no siempre esto es así. De ahí, los antojos como síntoma de estrés emocional o el hambre emocional, que no siempre se calma con alimentos y es difícil de saciar. Xuan Lan hace mención a lo opuesto a la alimentación consciente, es decir, la alimentación "distraída", ese momento en el que ponemos el piloto automático mientras comemos sin prestar atención. Y recuerda cuán importante es prevenir este tipo de comportamientos para evitar ese hambre emocional derivado de la ansiedad, los malos hábitos y los automatismos.

"No tener interés por lo que comes, por los ingredientes o por los momentos de las ingestas te lleva a descuidar la calidad de tu alimentación, cosa que puede perjudicar tu salud", recuerda. "Si comes de forma distraída, no estás en un estado de concentración, ni disfrutando de la experiencia de la comida. El interés por la alimentación consciente ha crecido como estrategia para comer con menos distracciones y mejorar los comportamientos alimentarios", concluye.

3 consejos para afrontar lo que sentimos, disfrutar de la alimentación consciente y evitar el hambre emocional

Establece tus límites

Escribe tus antojos, apuntando con un "sí, con moderación" los saludables. Con un "tal vez, a veces", los menos saludables y con un "mejor no" los antojos a evitar porque no van a hacerte ningún favor. Sólo así serás consciente de verdad de lo que ingieres, de forma clara y consciente.

Haz una lista de alternativas al hambre emocional

Identifica, primero, qué desencadena ese hambre emocional tan difícil de saciar y después, qué cosas podrían hacer que te calmaras que no sea a través de la comida. ¿Un baño relajante? ¿Escuchar música? ¿Llamar a alguien que sabes que va a escucharte?

Escucha tus pensamientos y descubre el por qué de tu hambre emocional

"El minfulness consiste en observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos y por eso, ayuda a tratar la vergüenza y la culpa que suelen sentir las personas que se dan atracones", recuerda Xuan Lan.