'Nada te hace parecer más viejo que aparentar ser joven': la afilada lengua de Karl Lagerfeld resume en esta frase su opinión sobre las intervenciones estéticas. Y, a juzgar por algunos resultados, más de uno podría afirmar que, en efecto, así es... La reciente aparición de Renée Zellwegger en el evento Women in Hollywood, organizado por la edición norteamericana de ELLE, ha desatado la polémica sobre el uso de la cirugía y los retoques. '¿Qué ha pasado con su cara?' ha sido la pregunta más recurrente desde entonces. 

Exactamente, parece que es esto lo que ha ocurrido: 'Se ha sometido a una blefaroplastia, en la que parece que se ha eliminado demasiada piel y los ojos han quedado hundidos. Los labios están poco naturales, las cejas demasiado rectas y el lifting ha dejado su rostro casi sin expresión. También parece que se ha hecho una intervención de las llamadas bolas de Bichat –que se eliminan para quitar grasa de la zona de los pómulos- y quizá una cirugía maxilofacial para suavizar la mandíbula, dado que ahora tiene el rostro mucho más ovalado que antes', apuntan desde Felicidad Carrera.

Pero Zellwegger no es un caso aislado. Antes de ella, 'celebrities' como Meg Ryan o Nicole Kidman nos han dejado con la boca abierta por sus rostros cambiantes. Sin embargo, la crítica y el rechazo no dejan de ser paradójicos: según una encuesta realizada en 2010 por SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética), sólo en España se realizaron en 2009 más de 140.000 intervenciones estéticas. Y, según la Sociedad Internacional de Cirugía Estética (ISAPS), España se sitúa en el 5º puesto mundial por número de operaciones de este tipo.

La fiebre por verse mejor tras una intervención (quirúrgica o no invasiva) parece un hecho pero, ¿qué posibilidades hay de que la decisión de vernos mejor se vuelva en nuestra contra? ¿Podemos vernos afectados por el 'efecto Zellwegger' en un intento por mejorar nuestro aspecto?

'En el caso de la actriz parece que se dan dos circunstancias: por un lado, quizá un gran descontento con su rostro le ha llevado a tomar la decisión de realizar numerosas intervenciones al mismo tiempo, con un resultado poco satisfactorio.‎ Por otro lado, parece que las intervenciones no se han hecho de la forma correcta', señalan desde Felicidad Carrera. 'Hay muchos ejemplos de otras actrices que parece que envejecen muy bien, pero en realidad tienen retoques muy bien hechos', recuerdan.

Por lo tanto, ¿qué debemos evitar a la hora de tratar de mejorar nuestro rostro? 'Hay que ponerse en manos de médicos muy expertos, que tengan mucha experiencia en esos tratamientos y que tengan muy buen gusto, porque sin ninguna duda el buen gusto para esto es básico. Pueden dominar la técnica pero si no saben buscar armonía y naturalidad en los resultados pueden destrozar los rostros más bonitos', nos cuentan desde el centro médico-estético.

Pero, además, también hay que tener en cuenta que no todos los tratamientos son iguales: 'Los retoques que se hacen con sustancias reabsorbibles tienen solución en pocos meses. Por ejemplo los rellenos con ácido hialurónico para labios o pómulos, o el botox, son sustancias que se diluyen poco tiempo después'. No así otros como los implantes permanentes: 'muchos de esos rostros deformados no son producto de un tratamiento de botox, sino de la inyección de rellenos como puede ser la silicona, la cual puede originar la aparición de granulomas, produciendo caras y labios deformados', señalan desde la Clínica Londres.