Si mi curiosidad y mi sentido común lucharan en un combate cuerpo a cuerpo, la primera sería Dwayne Johnson y el segundo Mr Bean. Mi amor por el periodismo gonzo ha hecho que, a lo largo de mi carrera profesional, haya cometido imprudencias como enfrentarme a hordas de 'fans' de los 'youtubers' más poderosos del planeta, someterme a tratamientos de belleza dudosos o provocar las iras de las 'celebrities' enseñándoles sus peores 'looks' ante la cámara, entre un montón de cosas más. Sorprendentemente, he salido ilesa de todo.

Con este currículum a mis espaldas, tenía que probar el CrossFit. Y precisamente, mi espalda ha sufrido, y mucho, unas agujetas nivel "mi abuela se levanta de la silla con más gracia". A pesar de todo, repetiría sin dudarlo.

Para los no iniciados, explicaré el funcionamiento del CrossFit: básicamente, consiste en realizar lo que se denomina WOD ('Workout of the Day' o 'Entrenamiento del Día'), una serie de ejercicios funcionales que cambian cada día y que incluyen movimientos como flexiones, trepar una cuerda, levantar pesos, hacer 'burpees'… además de un período de calentamiento y una serie de estiramientos posteriores, todo condensado en sesiones de una hora. Cada vez es diferente y nunca sabes lo que te espera. "Yo diría que el 'CrossFit es el entrenamiento total", cuenta Iván Humanes, entrenador del 'box' 555 CrossFit. "Si tuviera que definirlo en tres palabras, éstas serían 'intenso', 'divertido' y 'variado", afirma la 'crossfiter' Rita García.

El CrossFit surge oficialmente en la ciudad de Santa Cruz (California), en el año 1995. Allí, el entrenador Greg Glasman lo utilizaba para preparar a policías, marines y bomberos norteamericanos. Hoy en día, más de 13.000 gimnasios afiliados en todo el mundo imparten esta disciplina. Incluso se han creado los 'CrossFit Games', una especie de Olimpiadas propias en las que los atletas compiten por convertirse en la persona más en forma del planeta (y, de paso, cobrar más de dos millones de dólares como premio).

Tras mi experiencia, puedo afirmar que sí: el CrossFit es duro. Pero también es cierto que puedes adaptarlo a tu nivel. Por ejemplo, si no eres capaz de hacer flexiones puedes hacerlas apoyando las rodillas en el suelo. En ese sentido, mi sensación es que el entrenamiento fue extenuante, pero nada que mi cuerpo no pudiera realizar. Y, tal y como afirma Rita, la variedad de ejercicios hace que el tiempo pase volando: 'burpees', flexiones, ejercicios con pesas rusas, sentadillas… Todo con la mayor intensidad posible pero siempre en función de la capacidad de cada individuo. Porque no se trata de competir con nadie, sino de superarte a ti mismo y, en ese sentido, el compañerismo que se respira en esta disciplina es otro de los motivos que la hacen especial: es habitual que los participantes que ya hayan terminado su 'WOD' den ánimos a aquellos que siguen haciéndolo como forma de motivación.

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A pesar de que tradicionalmente las mujeres han parecido huir de los deportes más intensos, el CrossFit es todo un éxito también entre ellas. "En nuestro 'box', el porcentaje es de un 50% de hombres y 50% de mujeres, y el número de éstas va en aumento", cuenta Iván Humanes. "Al tener un gran componente social, creo que las mujeres se sienten bien practicándolo', asegura García. La rápida obtención de beneficios puede ser otra posible causa: "Al poco tiempo de comenzar, ellas notan los resultados, lo que les motiva", dice Humanes.

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Divertido, motivador, efectivo… ¿Tiene el CrossFit una 'cara B'? Para sus detractores, sí: las principales críticas denuncian una alta incidencia de lesiones entre los asiduos a este deporte. "Las lesiones solo vienen cuando no tienes un buen 'coach", se defiende Rita. "Si no te corrigen bien, claro que te puedes lesionar, pero seguro que en cualquier gimnasio hay más problemas que en el 'box', allí hay un sólo monitor para cien personas y aquí hay uno o dos por cada 10 o 15". En el mismo sentido, Iván asegura: "cualquier fin de semana hay muchas más lesiones en el fútbol, el baloncesto, el pádel…".

Sea como fuere, el CrossFit es ya una revolución imparable que engancha cada vez a más gente, incluidas 'celebrities' de la talla de Sofía Vergara, Cameron Diaz o Jessica Biel. Si estamos ante una moda pasajera o un nuevo imprescindible en el mundo del 'fitness', solo el tiempo lo dirá. Yo ya estoy pensando en repetir.