El pecho es una zona a la que las mujeres, en general, damos una gran importancia. Su forma, tamaño y tersura, sean los que sean, son componentes que tenemos en cuenta para estar a gusto con el nuestro.

Debido a los cambios de peso, los embarazos o la fuerza de gravedad, los senos pueden sufrir una denominada 'ptosis' o caída. Para aquellas que han padecido alguno de estos casos, y desean que su busto recupere la firmeza perdida, hay una solución.

La mastopexia es una intervención quirúrgica consistente en retirar el exceso de piel sobrante del seno para elevarlo y recolocar la areola en su posición anatómicamente correcta. En algunos casos, si así se desea, puede reducirse su tamaño.

Si además, las mamas han perdido volumen, es posible introducir implantes mamarios (o rellenarlas con tejido adiposo de la paciente) para aumentar su tamaño en la misma intervención. El tipo de anestesia o sedación dependerá de la recomendación del cirujano. Al igual que el tiempo de operación, que puede oscilar entre una y tres horas.

En función de la gravedad de la caída, se empleará una de tres técnicas quirúrgicas disponibles, cada una de las cuales deja una forma distinta de cicatriz. Las heridas quirúrgicas, si se suturan de manera intradérmica, pasarán a ser prácticamente imperceptibles con el paso del tiempo siempre que se cuiden adecuadamente.

Pero, por mínima que sea, siempre queda una pequeña huella de la intervención; por eso, la mastopexia está indicada para mujeres con expectativas realistas, psicológicamente sanas y que no persigan la perfección. Y, claro está, que puedan asumir el precio de la operación, que oscilará entre los 3.000 y los 6.000 euros.