“Soy más lista que el hambre” es el título de un libro que no te propondrá ninguna dieta milagrosa. Que no dará recetas mágicas para perder dos tallas en un mes. Que no jugará con tu desesperación. Porque Eva Campos, psicóloga, coach y la autora, también ha estado en tu lugar y consiguió coger el toro por los cuernos: saber qué había detrás de sus kilos de más. Hemos hablado con ella para saber cuál ha sido el método que la ha llevado a perder 70 kilos.
Elle.es. Tu libro refleja la frustración de todas aquellas personas que se pasan la vida a dieta, adelgazando y volviendo a engordar. ¿Cómo se puede salir de esa terrible espiral?Eva Campos. Debemos calmarnos, no querer hacer todo rápido y sin un plan. Lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de que estamos metidos en esa espiral y pensar que si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes. Muchas personas están frustradas porque siempre cogen quilos de más, y es ahí donde tenemos que hacernos la gran pregunta: ¿para qué me permito coger esos kilos de más? ¿Qué es lo que estoy tapando con ello? A partir de ahí, comenzar a ‘tirar del hilo’ y destapar las verdaderas razones del sobrepeso o de la lucha constante con esos kilos de más.
Elle.es. ¿Está la infelicidad en la base del sobrepeso?E.C.: Infelicidad es un concepto muy amplio. No me gusta generalizar, creo que hay tantas razones como personas, pero sí estoy convencida de que tras el sobrepeso se esconde algo más. El sobrepeso es sólo la punta de un iceberg que puede estar construido de baja autoestima, problemas sentimentales, incapacidad para gestionar el estrés, necesidad de pertenencia a un grupo… Y un sinfín de cosas que no nos permiten ser felices del todo.
Elle.es. Has perdido 70 kg averiguando por qué comías en lugar de qué comías y cambiando tus hábitos. ¿Es fácil abandonar los malos hábitos? ¿Hablamos sólo de hábitos nutricionales?E.C.: En realidad, la pregunta es “para qué”. Aunque parece muy sutil, la diferencia es amplia: si me pregunto por qué como, quizá la respuesta será “porque mi familia es gordita”. Pero si me pregunto para qué como, tengo que rascar un poco más, ver qué utilidad tiene para mí, y es posible que la respuesta sea “para ser como mi familia”. Entonces empezamos a darnos cuenta de las verdaderas razones del sobrepeso. Los malos hábitos no son la causa. Si te duele la garganta y vas a la farmacia a por un medicamento, éste sería una dieta u otro método de adelgazamiento. Si has ido varias veces, el farmacéutico te pregunta qué haces para tener tantos dolores de garganta; le contestas que duermes con la ventana abierta todo el año. ¿Por qué? La verdadera razón no es que tengas la ventana abierta (hábito) sino tu claustrofobia. Puedes decidir cerrar la ventana, pero si no tratas la verdadera razón, antes o después tu claustrofobia volverá a aparecer. Abandonar los malos hábitos no es difícil si se sabe hacerlo, pero éstos no son sólo nutricionales. Si cada vez que me enfado con mi pareja voy a la cocina y pico algo, estoy teniendo el mal hábito de no saber comunicarme. El trabajo no se centra sólo en saber qué malos hábitos nutricionales tenemos, sino qué malos hábitos de vida y de gestión emocional.
Elle.es. En tu libro “coges el toro por los cuernos” y abogas por encontrar la causa del sobrepeso. ¿Se miente uno a sí mismo cuando tiene sobrepeso? E.C.: No creo que te mientas cuando tienes sobrepeso, simplemente es que no sabes cuál es la razón real del problema. Si la conoces y la niegas, entonces sí te estás mintiendo. Y, lo peor de todo, estás tomando la decisión de quedarte en la misma situación, por lo que ni tu vida ni tu cuerpo van a cambiar. Cuando conoces las razones de lo que te sucede pasa algo muy curioso: te das cuenta de que la responsabilidad de tu sobrepeso, de tu cuerpo y de tu vida es sólo tuya. Muchas personas no asumen esa responsabilidad por desconocimiento. Si crees que tienes que ser gordito como tu familia, estás dejando tu responsabilidad a tu entorno. Pero en ningún lado está escrito que tu familia, para quererte o hacerte sentir parte de ella, te obligue a estar gordito, menos aún cuando no te hace sentir bien. En este caso estamos hablando de creencias que nos llevan a vivir una vida que no queremos y no nos hace feliz. Pero eso no significa que sea mentira, puesto que para esa persona es verdad. Tiene que buscar cómo desmontar esas creencias y ver otra verdad para modificarlas.
Elle.es. ¿Qué preguntas pueden ayudarnos a tirar del hilo?E.C.: Preguntas que nos pueden ayudar en el camino hay muchas, pero para mí la principal es ¿para qué mantengo este sobrepeso? A priori puede ser difícil de contestar, pero con trabajo, apoyo y ayuda, se pueden ir desgranando las respuestas. Otra fórmula es registrar qué, cuándo y ante qué situaciones comemos, y cuáles han sido las emociones que han entrado en juego. Si como sin hambre cuando no quiero discutir, comer puede ser un escudo contra las discusiones, ya que les tengo miedo. ¿Qué beneficios tiene no discutir con los demás, qué coste? Hay que analizar ese sentimiento de miedo. Es un trabajo de análisis completo, en el que hay que tomar consciencia de las actuaciones, sentimientos, emociones, pensamientos…
Elle.es. Tu cambio vital se basó en la psicología, el pensamiento positivo y el coaching. ¿Antes de ponernos a dieta deberíamos abordar nuestro estado emocional? E.C.: Antes, durante, después… Lo importante no es tanto cuándo, sino que realmente se haga ese trabajo. Tengo clientes que han comenzado una vez acabado el proceso de pérdida de peso porque pensaban que al verse delgadas serían felices, pero han descubierto que no era así. Nadie nos ayuda a estar preparados para nuestra nueva identidad, un nuevo yo que ya no se esconde tras los quilos de más y que muchas veces nosotras, nuestro entorno o nuestra pareja no saben ubicar. Otras personas prefieren abordar primero esa área emocional y otras de forma paralela a la pérdida de peso para tener apoyo en todo el proceso.
Elle.es. ¿Qué pasos siguió tu proceso de cambio que puedan inspirar a otras personas? E.C.: Yo me consideraba una de esas “gorditas felices”. Tenía todo lo que en la vida se puede desear: una familia que me adora, un buen trabajo, unos amigos estupendos, una gran vida social, una pareja que me amaba… Pero no me sentía feliz. Y no sabía la razón. Durante muchos años había estado intentando adelgazar, pero nunca lo conseguía. Y cuando lo conseguía, volvía a retomar todos los kilos (y algunos de regalo), así que llegué al convencimiento de que así era, así tenía que vivir y así era feliz. Pero no era verdad. Pasé meses, si no años, intentando saber de dónde venía ese malestar, hasta que un día, sin causa aparente, lo vi claro: no era feliz ni con mi vida ni conmigo misma ni, mucho menos, con mi cuerpo. Lloré, lloré y lloré, y cuando estaba deshidratada me senté ante mi ordenador para buscar soluciones, hasta que me di cuenta de que la solución estaba en mí, en mis manos, en seguir investigando y buscando dentro de mí. Así comencé un viaje de autodescubrimiento que, poco a poco, me ha dado la clave para vivir feliz y poder ayudar a los demás. Durante ese viaje busqué el método más acorde con mi estilo de vida y preferencias y un equipo médico compuesto por un endocrino, una nutricionista e incluso obligué a mi ginecóloga a entrar en mi nuevo proyecto de vida. Mucha gente piensa que el proceso es tedioso pero, ¡nada más lejos de la realidad! Cuando aprendes sobre ti y dejas de necesitar ese disfraz de kilos, empiezan a desaparecer. Es muy enriquecedor ver cómo vas consiguiendo todos tus objetivos.
Elle.es. Tu libro se basa, además de en tu propia experiencia personal, en tus conocimientos sobre psicología y coaching. Pero ¿qué hay de la parte nutricional? ¿Debemos ponernos también en manos de un experto o tu libro también nos va a enseñar a comer mejor? E.C.: “Soy más lista que el hambre” es un libro eminentemente práctico, donde desde el primer momento se proponen ejercicios para trabajar esa parte interna, de desarrollo personal. Hay unas pequeñas pinceladas sobre nutrición, pero como parte de un ejercicio. El libro no habla de dietas, ni de nutrición, ni de qué es lo que hay que hacer o qué método es el mejor. El libro habla de nosotros mismos, de qué queremos en la vida, y pretende apoyar a los lectores para que lo consigan. En algunos casos será por medio de dietas, en otros, cambiando algunos hábitos, en otros, haciendo ejercicio… Cada persona es diferente y tiene que escoger el método que mejor se adapte a su vida y su entorno y, sobre todo, que más le motive.
Elle.es. ¿Has probado la famosa dieta Dukan? ¿Qué piensas de ésta y otras ‘dietas milagro’? E.C.: No he hecho nunca la dieta Dukan pero, como todos, conozco a gente que sí la ha hecho. Yo no soy nutricionista para juzgar los fundamentos de esta o de cualquier dieta. Lo que está claro es que hay que tener un poco de sentido común, informarnos muy bien de qué es lo que le hacemos a nuestro cuerpo y dejarnos guiar por expertos. Debemos analizar todo aquello que promete resultados muy rápidos y sin esfuerzo, porque, seamos sinceros, perder peso es un camino de rosas, pero con espinas. Hacer una dieta de las llamadas “milagro”, sabiendo los riesgos que conllevan, es no querernos a nosotras mismas ni a nuestro cuerpo.

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Elle.es. ¿Se puede ser feliz con sobrepeso? ¿Cómo ha cambiado tu vida?E.C. Hay que distinguir entre felicidad y resignación. Yo me creía feliz, pero en realidad estaba resignada a vivir con el cuerpo y la vida que “me había tocado”. Hay que comenzar por definir qué es la felicidad para cada uno. Yo lo asumo, no era feliz. Y los cientos de personas que he tratado a lo largo de todo este tiempo tampoco lo eran. Creer que somos felices no significa que lo seamos. Analizando las cosas que nos gustaría hacer y no podemos por nuestro estado físico, nuestros complejos o nuestra talla, podemos ver hasta qué grado es verdad que seamos felices con nuestro sobrepeso. Mi vida ha dado un giro de 180 grados. No sólo dejé el mundo empresarial para ayudar, desde la Escuela de Bienestar y Salud a otras personas, sino que hago sin problema cosas tan sencillas como bailar, ir de compras o relacionarme con gente. Uno de los mayores logros es saber que puedo conseguir todo lo que me proponga y haber despertado en mí el ayudar a otras personas a descubrir el potencial escondido tras los kilos de más.
Elle.es. Ese proceso de cambio ¿es a largo plazo? ¿Implica muchos sacrificios?E.C.: Depende de cada persona. Hay quien hace “click” y automáticamente se pone en marcha y gente que tarda un poco más. Lo fundamental es saber que se puede llevar a cabo, ser consciente de que habrá momentos en los que nos sintamos bloqueados, pero que se supera y puede ser el comienzo de muchos otros cambios. ¡No te imaginas la cantidad de personas que rompen relaciones que no desean o que cambian su vida laboral! Recuperas tu confianza, tu autoestima, tu autonomía, te planteas nuevos retos. Si pensamos en términos de sacrificios, nos bloqueamos. Empecemos a pensar en términos positivos, como “cambios” o “mejoras” porque en realidad es lo que vamos a hacer, mejorar nuestra vida. Por supuesto, todo cambio puede suponer un esfuerzo, pero cuando se ven las mejoras físicas, emocionales y en muchas otras áreas de la vida, esos retos acaban enganchando. Te acabas haciendo adicta a mejorar.
Elle.es. ¿Dónde encontrar esos estímulos de los que hablas en tu libro para conseguir adelgazar con el cerebro y no con el estómago?E.C.: Los grupos terapéuticos son una fuente inestimable de apoyo y aprendizaje. En la Escuela de Bienestar y Salud trabajo principalmente con grupos, ya que es una de las mejores maneras de sentirnos apoyados, dar pasos hacia la acción y aprender. Sin embargo, la motivación siempre tiene que partir de uno mismo, tenemos que aprender a coger las riendas de nuestra vida y ¿qué mejor motivación que saber que podemos ser felices con nosotros y nuestro cuerpo? Si yo lo he conseguido tras 20 años de obesidad y 70 kg de sobrepeso, ¡cualquier persona puede hacerlo!
Elle.es. ¿Por qué tu libro está escrito en femenino? ¿Qué hay del público masculino?E.C.: Aunque el sobrepeso no tiene género, es cierto que son las mujeres las que más se preocupan de la parte psicológica y emocional. El libro está escrito como si hablara con una amiga y le explicara, de tú a tú, el proceso, los ejercicios, mis experiencias y sentimientos, ya que quería hacer un libro muy cercano a los lectores que, en su mayoría mujeres. Pero cualquier persona se puede beneficiar del libro. De hecho, me escriben muchos hombres diciéndome que les ha encantado.