¿Qué es? Este trastorno, también conocido como “síndrome de distorsión de la imagen” está ganando adeptos por la obsesión actual de alcanzar la “perfección” física. Consiste en una preocupación exagerada por algún pequeño defecto físico o incluso inexistente. “En el 45% de los casos la queja se centra en la nariz”, según el cirujano plástico Pedro Arquero. Pero, los complejos pueden dirigirse también a los granos de la cara, la boca y la mandíbula-, el peso, la estatura, el trasero, la barriga, el cabello, los pechos, los pies, las manos, los genitales y las piernas, y afectan por igual a personas atractivas y a quienes no lo son.

¿Cuándo? Suele aparecer en la adolescencia, que es cuando existe mayor sensibilidad a la crítica y la comparación. “Se observa con más frecuencia en los adolescentes y está extremadamente ligada a las transformaciones que se dan en la pubertad, comenzando hacia los doce años y finalizando, en los casos no patológicos, hacia los dieciocho o veinte años”, según el cirujano. Sin embargo, en un 5% de los casos persiste en la edad adulta. “Se trata de personas perfeccionistas, con baja autoestima, muy sensibles al rechazo y con mucha necesidad de aprobación y admiración por parte del entorno”, revela el doctor.

Síntomas: La mayoría sufre depresión, que generalmente se manifiesta como un intenso sentimiento de angustia y de inferioridad, pudiendo presentar alteraciones graves en la alimentación. Y quienes la sufren se maltratan con cirugías innecesarias, dietas y ejercicio físico extremo.

Prevención y Tratamiento: En casos leves, el apoyo del entorno –familiares y amigos- puede ser suficiente para recuperar la confianza en sí mismo, sin embargo, en los casos severos se debe recurrir a la ayuda de un profesional: psiquiatra o psicólogo. Las terapias más adecuadas son las técnicas conductistas -ayudan a relativizar la importancia del aspecto físico, a soportar las frustraciones y permiten disminuir la ansiedad- y la terapia gestáltica, que tiene como base el proceso de darse cuenta. “Y sólo cuando de verdad existe una alteración física la cirugía estética asociada al tratamiento psicológico es una excelente ayuda”, advierte el cirujano.