Cuidamos el outfit, los zapatos, el maquillaje... y muchas veces no hacemos caso a las manos, las grandes olvidadas de nuestro look. Sin embargo, las manos son nuestra tarjeta de presentación: lucirlas bien cuidadas y con una manicura bien hecha dan un plus a nuestra personalidad. La manicura perfecta no es difícil. Sigue estos pasos:

1) Preparar las manos. Elimina bien los restos de esmalte, si los tienes. Para ello, utiliza un algodón empapado en acetona pero no lo restriegues de izquierda a derecha, pues te mancharás los dedos. Apóyalo sobre las uñas unos instantes, para que absorba, y luego muévelo de arriba abajo. Después, hazte un peeling suave en las manos: te servirá con una mezcla de sal gorda con crema hidratante y masajear durante 5 minutos.

2) Lima las uñas. Utiliza mejor una lima de cartón, moviéndola desde los lados hacia el centro, suavemente. Evita las tijeras, porque debilitan la uña. No te excedas con el limado, porque si rebajas el grosor natural de la uña y la haces más fina, pierde dureza y se hace más frágil y permeable.

3) Trabaja las cutículas. Primero, aplica crema específica por los bordes y deja actuar. Después, con un palito de naranjo, limpia bajo las uñas y empuja ligeramente la cutícula hacia dentro para dar forma. Elimina los padrastros si los tienes. Hidrata a continuación, sumergiendo las manos en agua templada.

4) Nutrir las uñas. Antes del color, hay que preparar las uñas para recibirlo. Así, aplica con un ligero masaje el revitalizador y, tras dejarlo secar, vuelve a pasarlo. Cuando esté bien seco es el turno del endurecedor de uñas, del que también daremos dos capas.

5) Aplicar el esmalte. Las uñas se pintan de arriba abajo y desde el centro al exterior. Coge una cantidad adecuada porque, si te excedes, quedarán gotas con relieve y si te quedas corta el pincel se marcará. Date una segunda capa cuando se seque y, para darle el toque perfecto, aplica un esmalte transparente que proporcionará más brillo y fijación.