Reserva un momento para ti y relájate mientras mimas tus pies: una pedicura casera no solo te servirá para conseguir unas uñas perfectas, sino también para calmar el estrés. Sigue nuestros consejos para hacerla como toda una profesional.

A remojo

Llena un recipiente con agua templada e introduce dentro los pies. Déjalos en remojo durante unos cuantos minutos para ablandar las durezas y aprovecha para utilizar algún producto exfoliante que deje los pies suaves. Si quieres un plus de relajación, echa unas gotas de aceites esenciales en el agua.

Fuera durezas

Si las plantas de los pies presentan durezas, hazte con una lima especial y frótala por toda la planta. Incide en la piel de los talones, que tiende a endurecerse cuando los pies quedan al descubierto. Para obtener resultados profesionales, invierte en una herramienta como un set de manicura y pedicura, con instrumentos para eliminar callos y durezas, además de otros que liman y suavizan la superficie de la uña.

Corta y lima

Una vez las uñas se hayan ablandado con el agua, llega el momento de cortarlas. Para ello, utiliza un cortaúñas ancho. Evita la tentación de darles forma con este instrumento, tan sólo deberás usarlo para cortar en horizontal la medida deseada y luego dar la forma deseada con una lima. Si lo haces de esta manera, evitarás problemas como las dolorosas uñas encarnadas.

Cutículas

Ablanda las cutículas con un producto especial (nuestros favoritos son los aceites, muy hidratantes) y déjalo actuar durante algunos minutos. Utiliza un palito de naranjo para retirarlas, siempre y cuando estén blandas y nunca en seco. Si puedes evitarlo, no cortes las cutículas, aunque si lo haces utiliza siempre unas tijeras especiales para pedicura, bien afiladas. Y recuerda: una buena hidratación periódica es el mejor arma contra los padrastros y durezas que afean las uñas.

Hidrata

Nutre los pies en profundidad con una crema hidratante, a poder ser específica para pies (sus fórmulas son más densas y especialmente diseñadas para las necesidades de la piel de esta zona). Para una hidratación más profunda, aplícate una buena capa de crema y ponte encima unos calcetines. Déjala actuar y cuando te quites los calcetines tus pies estarán suaves e hidratados.

Base

Llega el momento del esmalte, pero antes, no olvides aplicar una base para uñas. Este tipo de producto crea una película que protege a la uña frente a las agresiones del esmalte. Úsala y alargarás la vida del esmalte, además de evitar que acabe amarilleando la uña.

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Esmalte

Por último, tienes que aplicar el esmalte de color. Para evitar manchas, puedes utilizar un separador de dedos de foam que te permitirá trabajar más cómodamente. Comienza colocando la brocha en el centro de la uña, bien pegada a la base, y ve moviéndola primero hacia un extremo y luego hacia el otro. Pinta todos los dedos y seguidamente da una segunda capa de producto. ¿Qué tono elegir? Este verano, acertarás seguro con un coral, perfecto para resaltar el bronceado.