Hace cuatro años, con la creación de su blog Food Babe, Vani Hari inició un movimiento por un estilo de vida saludable, investigando y estudiando los ingredientes de los productos que emplea la industria alimentaria y su efecto sobre la salud. El hecho de que la cadena Subway eliminase del pan de sus bocadillos un fuerte químico, azodicarbonamida, utilizado también para hacer esterillas de yoga, es sólo un ejemplo de los logros que esta activista de la comida sana ha conseguido.

A día de hoy, Food Babe se ha convertido en un fenómeno que cuenta con más de cuatro millones de seguidores en todo el mundo y Vani Hari es considerada una de las treinta personas del mundo más influyentes en Internet. Su primer libro,The Food Babe (Edaf), ha sido todo un éxito de ventas.

Plan de 21 días

En The Food Babe Vani Hari nos revela las claves para aprender a comer sano y liberar a nuestro cuerpo de toxinas, invitándonos a seguir un sencillo plan de 21 días para cambiar nuestra alimentación y nuestro cuerpo. En esta guía encontrarás consejos para evitar alimentos nocivos, pautas, rutinas y recetas, junto con la propia experiencia personal de la autora, para animarnos a reflexionar sobre la importancia de comer de una forma saludable más allá de la estética y las modas.

Durante los 21 días del plan desarrollarás 21 hábitos sencillos y de aplicación continuada que te permitirán evitar los alimentos con componentes químicos que amenazan nuestra salud. Entre estos hábitos, que irás incorporando día a día están: beber en ayunas agua tibia con limón y cayena, tomar una bebida verde al día, aumentar las porciones de frutas y verduras a seis o más, filtrar el agua, reducir los lácteos, comer más vegetales crudos, tomar pan e hidratos de calidad o evitar totalmente la comidafast food.

15 ingredientes nocivos

 En su libro, Hari anima a evitar el consumo de los 15 principales ingredientes nocivos para la salud y a conocer las formas de manipulación comercial y de fabricación empleados por la industria alimentaria.

Según Vani Hari, “somos los compuestos químicos que comemos” y existen quince generadores de enfermedad que, según esta experta, se encuentran “en cualquiera de los alimentos, snacks o bebidas que hayan tomado hoy”. Estas son las quince sustancias  y compuestos a evitar: las hormonas del crecimiento de la carne, los pesticidas, la harina refinada y enriquecida, el bisfenol, el jarabe de maíz de alta fructosa, los edulcorantes artificiales, conservantes, grasas trans, antibióticos, saborizantes artificiales y naturales, colorantes alimentarios, acondicionadores  de masa (para  panadería y bollería), el aditivo carragenina, el glutamato monosídico (potenciador del sabor típico de la comida rápida) y los metales pesados.

Además de ayudarnos a evitar estos compuestos, Hari también enseña en su libro a identificar los alimentos transgénicos, a “hacer limpieza de la cocina”, a comer fuera y de viaje, y a preparar alimentos naturales en casa.

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Calorías químicas

Como cuenta Vani Hari en El método Food Babe, ella misma llegó a tener un sobrepeso de mas de 12 kilos: “con más de veinte años estaba gorda y me sentía cansada y estresada”. La causa estaba en el tipo de comida rápida y la cantidad de dulces que consumía. Pero la solución no fue ponerse a dieta sino dejar de tomar azúcares refinados y casi todo tipo de carnes y empezar a consumir alimentos orgánicos frescos: frutas, verduras, cereales, grasas saludables y todo tipo de alimentos integrales. Hari dice consumir diariamente unas 2.00 calorías, pero de alimentos sanos y sin toxinas.

Como explica Hari, “no se trata sólo de comer demasiados bollos y dulces, los compuestos químicos que contiene lo que comemos no sólo nos enferma, también nos hace engordar”. Estas sustancias se denominan obesógenos y hacen que nuestro cuerpo almacene grasas aunque limitemos las calorías que ingerimos.

Hari detalla en su libro los compuestos químicos que engordan: el pesticida atracina, BPA (en los envases de plástico), el estradiol (estrógeno sintético que se administra a las vacas), fructosa (muy presente en alimentos procesados y refrescos), genisteína (presente en los alimentos con soja), glutamato monosódico (en alimentos procesados y platos de cocina asiática), Ftalatos (en envases alimentarios) y la tributiltina (en pescados y mariscos).

¿Todo es tan malo?

Su web tiene una legión de seguidores y Vani Hari no duda en lanzarse a la calle para promover protestas callejeras o hacer campañas en contra de grandes gigantes de la alimentación como Kraft, Sturbucks o Subway, que han llegado a cambiar componentes de sus alimentos y sus políticas de comunicación por la gran presión mediática de la bloguera.

Pero la polémica creada por las denuncias de Hari, habitual también en programas de televisión, también ha levantado voces en su contra, ya que, según dicen otros blogueros o expertos del sector alimenticio, carece la formación (no es nutricionista) o la experiencia como para abordar el análisis científico de las sustancias perjudiciales de las que habla. De hecho, la FDA no ha encontrado que las cantidades de azodicarbonamida del pan empleado por la cadena Subway fueran cancerígenas.

Otras de las críticas que recibe Hari tienen que ver con lo lucrativa que se ha vuelto su “cruzada alimenticia”, ya que recibe cantidades astronómicas por escribir en su blog a favor de firmas de comida orgánica, por vender libros de comida saludable o impartir conferencias.

Al margen del posible beneficio económico que Vani Hari haya conseguido con su movimiento Food Babe, no es la única bloguera, nutricionista, médico o famoso que denuncia las sustancias perjudiciales que emplea la industria alimenticia y su relación con muchas enfermedades como el sobrepeso, la diabetes o el cáncer.