La Naturaleza es tan sabia que le ha otorgado un color a cada alimento en función de sus propiedades e incluso cambia su paleta cromática y nutricional en función de las estaciones. ¿Quieres seguir una alimentación rica y variada? Toma alimentos de todos los colores y aprende cuáles son los beneficios que te aportan.
Mezcla los colores
¿Sabes cuál es la clave para hacer una ensalada súper vitamínica y ‘antiaging’ en verano? Mezclar vegetales de diferentes colores: tomates, pepino, remolacha, maíz, palmitos, berros, zanahoria… Y esto mismo lo puedes aplicar a tus platos: cuantos más colores tengan, más rica será tu alimentación. Y no sólo es importante ampliar la paleta cromática en cada ingesta sino que ésta sea diferente cada día. Un dato curioso: que un alimento ‘nos entre por los ojos’ se debe a que la vista le otorga un 80% de su supuesto sabor agradable.
Frutas y verduras: el reino del color
Este grupo de alimentos es el que más posibilidades de color te ofrece, así que si tu dieta es policromática seguramente será porque estás ingiriendo abundantes frutas y vegetales. Y esta es la principal recomendación de los nutricionistas. ¿Cómo aportarle si no color a un plato de pasta, un filete o un huevo frito? Comiendo en tecnicolor también estarás añadiendo muchas menos calorías a tu dieta que si te limitas a acompañar tus platos con patatas fritas o las picas entre horas.
Qué nos dice el color
Los expertos en nutrición relacionan el color de los alimentos con un contenido específico en fitonutrientes, portadores de cualidades beneficiosas para la salud. Pero el color también es un indicador que nos segura que un alimento es bueno o peligroso. ¿Qué pensarías si te sirvieran una paella fucsia? Esta es precisamente la base de la neofobia, el trastorno pasajero que sufren los niños y que les hace tan difícil la incorporación de nuevos alimentos: les cuesta comer cosas que no conocen o no han visto antes. Por otra parte, cada color se asocia a un tipo de sabor o cualidad: el marrón nos recuerda a lo asado o caramelizado, el naranja a lo fresco y a la fruta, el rojo, a la energía y a la pasión. Y todo ello nos influye a la hora de comer.
Colorantes naturales y nutrientes
El color de cada alimento se debe a los colorantes y pigmentos que contienen de forma natural. Así, la lechuga es verde debido a la clorofila, la carne es roja por su contenido en mio-globina, el café negro por los fenoles, la uva roja por los atofianos, la zanahoria por los metacarotenos… Pero todos estos pigmentos se relacionan muchas veces con nutrientes. Por ejemplo, el color naranja es a la vez un colorante y un nutriente. Y aunque la mayoría de nosotros rechazamos los colorantes artificiales, seguramente no nos comeríamos una gominola o una tarta de color insulso.
Las propiedades de los colores
Los fitonutrientes, responsables del color de los alimentos poseen efectos beneficiosos para la salud: nos protegen del cáncer y de los radicales libres, ayudan al cuerpo a eliminar toxinas, mejoran la síntesis del colesterol, rebajan la presión sanguínea y retrasan el envejecimiento y las enfermedades asociadas. Cada color representa una combinación de nutrientes beneficiosos para la salud. Los alimentos amarillos y anaranjados ayudan a reducir el riesgo de malformaciones fetales, aseguran una buena visión y una piel sana, refuerzan el sistema inmunitario y protegen de ciertos cánceres. Los verdes también protegen al feto, mantienen la salud visual, hepática y arterial, conservan los huesos y los dientes fuertes. Los rojos mejoran la salud cardiovascular, la memoria y protegen de las enfermedades urinarias. Los blancos disminuyen la presión arterial, previenen la diabetes y reducen el colesterol. Los violetas, como los arándanos, mantienen la salud del tracto urinario, mejoran la memoria y combaten el envejecimiento.
¿Y la estética?
También es muy importante a la hora de cocinar, ya que no sólo comemos para nutrirnos sino por placer. La mayoría de la gente escoge lo que come en función de lo que le apetece en ese momento y de lo que le gusta, lo que no siempre coincide con lo que necesita o le resulta beneficioso. Preparar un plato de forma agradable a la vista hará que nos resulte mucho más atractivo al paladar, algo muy útil cuando se trata de darle de comer a un niño. Hacer tus platos más coloridos será una forma de disfrutar mucho más del acto de comer. Si quieres saber más sobre las propiedades de los colores te recomendamos “Los 7 colores de la salud: cómo reforzar las defensas mediante una alimentación sana y equilibrada” (Paidós).
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