¿Estás de vacaciones? ¿Sigues trabajando? Estés donde estés, regálate un día glorioso, sólo para ti. Para cuidarte, para llenarte de energía, para equilibrarte y calmarte. Para reconciliarte con tu cuerpo y sentirte bien en tu piel.
¿Estás despierta?
No te levantes aún, regálate unos minutos para despertar también tu cuerpo de forma suave. Comienza desperezándote y estirándote, te levantarás llena de energía y con una agradable sensación de bienestar. Sentada en la cama. Estira suavemente el cuello hacia los lado y hacia abajo, los costados cogiendo una muñeca y llevando los brazos hacia los lados, tu pecho enlazando las manos por detrás de la espalda y tirando de los brazos, tu espalda dejándola caer redonda sobre tus piernas… Buena cara. Aprovecha que aún estás tumbada para darte un masaje facial que active la circulación facial, ayudándote a eliminar las bolsas de los ojos y a darle tono a tu musculatura. Con la base de las manos haz semicírculos bajo los ojos comenzando por la parte del lagrimal. Con dos dedos haz pequeñas presiones en tus cejas y tus ojos, y desde la nariz hasta las orejas. Con las manos huecas, estira suavemente tu cara de dentro hacia fuera.
Desayuno energizante
Que tu máxima sea siempre, sobre todo en tu “día zen”, la hidratación externa e interna. Así que nada mejor que comenzar el día bebiendo agua tibia (añade medio limón exprimido si no tienes problemas gástricos). Después, continúa la hidratación con un zumo inteligente a base de frutas y verduras frescas. Smoothie energizante. Para empezar bien el día, prepárate el zumo verde que nos recomienda Silvia Riolobos, especialista en nutrición energética, también conocida como Downtown Chef: 2 pepinos, 1 manzana verde, ½ limón, 6 ramas de apio y 1 dedo de jengibre fresco. Completa tu desayuno con un bol de cereales biológicos con leche de avena o una tostada de pan integral con queso bajo en grasa y ¡lista para empezar el día! Psst. Continúa tomando zumos naturales e infusiones durante todo tu día zen para hidratarte, vitaminarte y depurarte.
Ejercicio suave
“Tu día zen” tiene que incluir actividad física suave, la mejor forma de mantener tu tono vital alto, tu cuerpo y tu mente sanos, y una sonrisa en la boca. Pero la máxima al hacer ejercicio debe ser disfrutar. Una sesión de yoga, un baño en el mar, un paseo al aire libre, una vuelta en bici… todo lo que implique movimiento suave te hará sentir genial y te ayudarte a producir endorfinas. Y cuanto más movimiento, más endorfinas… Yoga Flow. Prueba este estilo de Yoga en Movimiento en el CD Metropolitano de Madrid. Después de algunas sesiones podrás practicar por tu cuenta.
Baja el volumen
Si quieres calmar tu mente, evita el ruido, intenta que tu “día zen” transcurra con el mayor silencio posible, disfrutando de música suave o del sonido de la naturaleza. Psst. El ruido en exceso aumenta la irritabilidad, la falta de concentración, la fatiga, provoca dificultad para dormir y tensiones musculares entre otras molestias. Si estás de vacaciones y sales mucho de fiesta, procura alternar tus noches de baile y música con otros de pocos decibelios. Busca el silencio exterior e interior: prueba a apagar la tele y a poner en silencio tu móvil, a quedarte tranquila sin hablar con nadie, simplemente disfrutando de tu propia compañía. Eliminar la “contaminación acústica” te proporcionará una gran sensación de paz.
Gimnasia facial
No sólo tonifica los músculos de la cara, evita la flaccidez y aporta volumen sino que, como explica María Garrigues Walker, experta en gimnasia facial, tiene efectos psicológicos muy positivos. En tu cara hay unos 60 músculos faciales que puedes trabajar igual que los del cuerpo, lo que no sólo te ayudará a evitar las arrugas y el envejecimiento, sino que te relajará y te hará sentir mucho mejor. Dedicarle diez minutos de tu “día zen” cambiará la expresión de tu cara, te ayudará a prevenir el envejecimiento y mejorará tu humor.
Cuidados beauty
En tu “día zen” regálate un tratamiento de belleza. Una simple manicura puede hacerte sentir mucho más sexy, sobre todo si te maquillas las uñas con un color vitamina o un rojo intenso. Ir a la “pelu”, hacerte un tratamiento facial o corporal… cualquier cosa que te haga sentir más guapa te hará sentir mejor. Jornada de belleza. En el exquisito centro Tachate organizan sesiones de belleza con tus amigas. Podéis comer allí, disfrutar de su preciosa terraza y sentiros como auténticas reinas mientras compartís confidencias. Puro placer. Nuestra recomendación es un masaje, un auténtico regalo para tu cuerpo y tu mente. Te encantarán los de Fusion. Automasaje de pies. Si no tienes tiempo o no puedes permitirte un masaje, dátelo tú misma en los pies. Llenos de terminaciones nerviosas, masajearlos te resultará increíblemente placentero y te ayudará a dormir mejor.
Momento zen
Tu “día zen” debe proporcionarte calma, paz interior y equilibrio. Y para conseguirlo, nada mejor que hacer una pequeña meditación. Frente al mar, en el campo, en un rincón tranquilo de tu casa… Baja la luz, abre las ventanas para que entre aire, aléjate de los ruidos, apaga el móvil y siéntate con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Una técnica muy sencilla para meditar es contar tus inhalaciones/exhalaciones y, al llegar a diez, volver a empezar. También puedes colocar un objeto a la altura de tus ojos, como una vela, y mirarlo fijamente. Diez minutos dejando fluir tus pensamientos te supondrán una auténtica cura de salud mental.
Acuéstate pronto
Como siempre ha dicho Penélope Cruz, dormir es el mejor tratamiento de belleza. Así que tu “día zen” debe terminar con una cura de sueño. Cena pronto y ligero. Si puedes, da un pequeño paseo, date un masaje en los pies, limpia e hidrata tu piel, medita un rato y métete en la cama lo antes posible. Sin ver la tele, sin hablar por teléfono, sin leer o escuchar música y sin poner el despertador... Dulces sueños.
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