9 maneras de recuperarse rápidamente después de tener un bebé
Enhorabuena, ¡has dado a luz un pequeño ser humano! Nunca imaginaste que podrías sentir tanto amor por alguien. El médico te ha dado ya permiso para hacer ejercicio y no sabes por dónde empezar. Los famosos hacen que parezca tan fácil (a Chrissy Teigen se la podía ver en camiseta y pantalones cortos un mes después de dar a luz)... Sin embargo, a menos que seas una famosa o puedas permitirte el lujo de contratar a un entrenador personal, vas a tener que pasar por este lento y, a menudo, doloroso proceso por tu cuenta. Aquí tienes 9 cosas a tener en cuenta para recuperar el cuerpo que tenías antes de dar a luz.
1. Tu cuerpo no volverá a ser el mismo.
Es difícil de aceptar, pero es así. Después del embarazo, ciertas cosas relacionadas con tu cuerpo van a ser diferentes. Puede ser algo tan insignificante como un par de nuevas estrías o algo más evidente como que tu espalda haya ensanchado ligeramente. Cualesquiera que sean los cambios, tienes que ser consciente de que recuperar el peso que tenías antes del embarazo no significa que tu cuerpo vuelva a ser exactamente como era. Tu cuerpo ha sufrido una gran transformación para traer una vida a este mundo, y el hecho de tener ahora un aspecto diferente al que tenías antes es una prueba de este cambio.
2. La lactancia por sí sola no te ayudará a perder peso.
¿Alguna vez has oído “todo lo que tenía que hacer era dar el pecho y bajé de peso sin más"? Bueno, a mí me pasó lo mismo. Pero no te sorprendas si comienzas a amamantar a tu bebé y la aguja de la báscula no se mueve. Sí, dar el pecho quema hasta 500 calorías extra por día, pero en función de tu metabolismo y de la dieta que sigas, la única cosa segura que vas a conseguir es alimentar a tu bebé.
3. No te prives de nada.
Si sigues un plan muy estricto con poco margen para variarlo, es posible que acabes fracasando en tu objetivo. Después de 20 días a base de pollo y verduras a la plancha, puedes permitirte una hamburguesa, por ejemplo. Sí, es importante centrarse en comer bien, pero también hay que darse un capricho de vez en cuando con un trozo de tarta, una rosquilla o una copa. No te sientas culpable, date un respiro y empieza de nuevo al día siguiente. Por un día no se va a arruinar tu dieta, ¡pero no te acostumbres a hacerlo continuamente!
4. Asume que va a costarte tiempo.
Puedes pensar que, una vez que hayas recuperado tu ritmo y tus rutinas anteriores, vas a perder peso sin más. Sí, una parte sí, pero el resto tardará su tiempo. No lo ganaste en una sola noche ni tampoco desaparecerá de esa manera, la clave es mantenerse fuerte y firme a lo largo de todo el proceso.
5. Encontrar un plan y seguirlo concienzudamente.
Puede sonar a tópico, pero la dieta y el ejercicio son la clave para perder peso. Sin embargo, más importante aún es encontrar el plan que más se adapte a tus necesidades. Kim Kardashian, por ejemplo, utilizó la dieta Atkins para perder peso tras el nacimiento de su bebé, pero puede que pienses que eliminar los carbohidratos de tu dieta hará que quieras cortarte las venas. Elige un plan que puedas completar y que incluya aquellos alimentos que de verdad te gusten, ya que tendrás que convivir con ellos durante mucho tiempo.
6. Vuelve progresivamente a tu rutina de entrenamiento.
Lo peor que puedes hacer para recuperar el cuerpo que tenías antes es comenzar demasiado fuerte. Tu cuerpo acaba de superar el maratón que supone la gestación y el nacimiento de un niño y no hay necesidad de correr otro de buenas a primeras. Tómate tu tiempo. Es mejor empezar con la cuarta parte del entrenamiento que hacías antes. Si corrías 3 kilómetros, prueba a correr 1 y observa cómo te va. Puedes plantearte pequeños objetivos de entrenamiento que te lleven poco a poco a alcanzar tu antigua rutina, y ya verás cómo recuperas tu condición física en menos tiempo del que pensabas.
7. Busca ayuda.
No de tipo profesional (aunque es posible que creas que la necesites cuando hayan pasado varias semanas sin que la aguja de la báscula se haya movido), sino la de tus amigos y familiares. Haz que se involucren. Dile a todo el mundo cuáles son tus objetivos. Puede parecer exagerado y puede que hagan más progresos en el gimnasio que tú, pero contar con gente que te apoye y que conozca tus objetivos es muy beneficioso. Sus elogios te motivarán a seguir.
8. Ignora a los que no te apoyen.
Del mismo modo que necesitas que la gente sepa lo que quieres conseguir, también tienes que deshacerte de los pesimistas. No dejes que nadie te diga que el peso extra de las mamás es normal o que te haga sentir mal recriminándote que deberías pasar más tiempo con tu bebé y no haciendo ejercicio. Aléjate de ellos, ¡tú sabes qué es lo mejor para ti!
9. No te rindas.
Cuando sigues una dieta, por lo general, llegará el momento en que te desanimes. Es inevitable, pero tienes que mantenerte firme y seguir avanzando lentamente hacia tu objetivo. Habrá días en los que pienses que no lo vas a conseguir y habrá otros en los que intentarás ponerte por decimoquinta vez esos pantalones ajustados y no podrás, pero lo importante es que no abandones. Finalmente, alcanzarás tu objetivo y te sentirás increíblemente bien.
Vía: Cosmopolitan India
Cómo combatir las puntas abiertas sin cortar
Lifting de pestañas: todo lo que debes saber
El tratamiento anticelulítico que estabas buscando
El fotoprotector antiedad que acelera el bronceado