Mascarillas velo: guía completa

Como la mayoría de cosas que han triunfado en belleza en la época reciente ('BB Creams', bases 'cushion', esencias…) las mascarillas velo tienen su origen en Corea del Sur. El distrito de compras más 'chic' de Seúl está de hecho plagado de tiendas de belleza que albergan cientos de mascarillas diferentes, desde aquellas con ingredientes comunes en Occidente (ácido hialurónico, antioxidantes, té verde…) hasta otras bastante más exóticas (por ejemplo, las de baba de caracol).

"A las coreanas les encantan porque son baratas y ofrecen resultados instantáneos. Con un solo uso, la piel aparece más luminosa e hidratada", cuenta Charlotte Cho, dueña de la tienda de belleza 'online' sokoglam.com. "Las mascarillas velo son una buena manera de tratar un problema concreto, desde el envejecimiento a la deshidratación pasando por el acné, de una forma fácil y asequible. Es una oportunidad para relajarte y cuidar tu piel en el confort de tu propio hogar".

La clave del éxito de este producto: aportar una dosis rápida de aquello que la piel necesita con unos resultados instantáneos, sin que ello suponga variar mucho tu rutina habitual. "Para las coreanas, la hidratación es básica en una piel radiante y sin arrugas. Por eso se centran en mejorarla mediante mascarillas de celulosa que nutren, en lugar de las de tipo barro que se utilizan en Europa y que a menudo resecan la piel", asegura Cho.

La piel seca adora este tipo de mascarillas (especialmente las que contienen ácido hialurónico, pitera, rosa y pantenol), pero hay una para cada problema (solo hay que leer la lista de ingredientes). Para quienes sufren de acné, las de árbol de té serían las adecuadas. En pieles apagadas, la granada. Incluso los ojos pueden tratarse de manera específica con parches a base de colágeno.

Si pruebas una de estas mascarillas, lo más probable es que no quieras volver atrás. Bienvenida a tu nuevo ritual de belleza.

Publicado en Elle Australia