La cirugía plástica avanza a pasos agigantados y hoy en día las ofertas de clínicas son cada vez mayores. Pero existe cierto intrusismo, precios que no aseguran calidad y falta de seguridad.

Jamás hay que olvidar que la salud es lo primordial, a la altura de un buen resultado estético.

1. No te fíes de todo el mundo

Según la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora) 'sólo el 25% de los centros públicos de atención especializada cuentan con cirujanos plásticos, frente al 70% de los privados, lo que hace que muchas de sus  intervenciones sean realizadas por otros médicos menos cualificados y que su lista de espera sea la segunda mayor de España'. Comprueba que el médico en cuestión esté titulado oficialmente y homologado para realizar operaciones estéticas

Ya se está reclamando la formación de una ley que englobe todo esto para evitar estafas.

2. No es oro todo lo que reluce

Hay unos 9.000 médicos al margen de la legalidad ejerciendo prácticas para las que no están cualificados. Que no te engañe la publicidad del centro, promociones de gente famosa y apariencia de la clínica. Infórmate siempre, indaga.

3. Cuidado con los foros

Está bien que mires opiniones en Intenet, pero tu búsqueda ha de ser muy amplia y sobre todo plural. Bebe de varias fuentes, lee mucho. Hay 'haters' que se dedican a intentar hundir a ciertas personas o centros con un fin económico o personal. Algunos testimonios son verdaderos y sirven de referencia, pero mira en más de una comunidad. Si tienes una opinión de primera mano, de amigo o familiar, mucho mejor.

4. Di adiós a las gangas

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¡Un aumento de pecho por 1.500 €! ¡Está fenomenal! Nada más ver este tipo de ofertas, ve hacia la puerta y huye rápido. Los gastos de quirófano, las prótesis o rellenos, el equipo médico, el ingreso, las pruebas, la experiencia del médico en cuestión... Son un montón de factores que inciden en la seguridad y el resultado de la intervención. De los precios demasiado bajos no te fíes, si es tan barato, hay algo que no se está haciendo bien por lo general.

5. Irse al extranjero

Sobre todo a América Latina. Muchas personas optan por cruzar el charco por los precios más económicos que se ofrecen en algunos países. Si lo que te mueve es eso, no lo hagas. Una complicación a miles de kilómetros de casa o una mala praxis puede convertirse en algo muy peliagudo.

A no ser que el motivo sea la magistralidad única del autor de la cirugía, exclusiva y tan importante que merezca la pena coger un avión, quédate en casa. Afortunadamente en España hay muy buenas clínicas y gente especializada en casi todo.

6. No tengas prisa 

Es respetable que quieras pasar por un procedimiento así, pero se trata de entrar en quirófano. Para ello es necesario que te tomes tu tiempo en contemplar ciertas opciones, comparar y valorar. Una decisión precipitada puede acabar en desastre. Antes de dar el paso plantéate si es realmente necesaria la intervención, para ello recomendamos la lectura 'Cirugía para el alma', del doctor Ramón Vila-Rovira. 

Es tu cuerpo y tu vida, ponte siempre en buenas manos y sé clara con tu médico, con tus expectativas con el resultado.