Pues depende del caso y la piel. Ni mejor ni peor, cada uno tiene sus funciones y características, y su empleo va a depender del caso concreto del paciente, asegura Inmaculada Canterla, farmacéutica y directora de Cosmeceutical Center (www.cosmeceuticalcenter.com). "En una piel sensible o con rosácea, por ejemplo, evitaremos determinados exfoliantes mecánicos, con gránulos o de arrastre, y el uso de los exfoliantes químicos –con polihidroxiácidos, AHA o BHA-, para no desencadenar procesos inflamatorios", recomienda la experta. En estas pieles, están, por tanto, más indicados los peelings libres de ácidos, para uso diario, como los enzimáticos, que no producen rojeces, irritación y sensibilidad.

Sin embargo, "en pieles hiperpigmentadas, engrosadas, con fotodaño y arrugas sí que recomiendo utilizar peelings químicos de uso domiciliario o en cabina. Contienen ácido láctico, glicólico, málico, fítico, tricloroacético, resorcinoletc… a diferentes concentraciones y con resultados extraordinarios para restaurar los daños del envejecimiento en la piel", aconseja Inmaculada.