8 malos hábitos nutricionales
Ya seas vegetariana, una amante de la dieta mediterránea o intolerante al gluten, intentarás comer para mantener la salud y el peso. Pero todas tenemos nuestros puntos débiles: el dulce, lo salado, picar entre horas… Sea cual sea tu perdición, aquí tienes los consejos de la gurú nutricional en USA Arielle Fierman para mantener bajo control las debilidades dietéticas.
Comer rápido
¿Eres de las que se come un plato en un minuto? ¿Sueles terminar tu comida cuando el resto apenas han empezado con la suya? Según la coach Arielle Fierman esto no quiere decir que te alimentes de forma insana sino que al comer tan rápido seguramente estés ingiriendo más calorías de las que necesitas. Para esta experta en hábitos de vida, quien termina el último es el que gana en la mesa. Consejo. Antes de lanzarte al plato para, mira lo que vas a ingerir, toma conciencia del efecto que va a tener en tu cuerpo y siéntete agradecida por lo que vas a comer. Esta toma de conciencia (algo parecido a bendecir la mesa) te hará bajar el ritmo y comer más despacio.
Deja que se derrita
Imagina que tienes en la mano una onza del chocolate más exquisito que existe, y es lo único que vas a poder comer. Seguramente no te lo tragarías sin más sino que intentarías saborearlo al máximo. Y esto es lo que la gurú Arielle Fierman nos anima a hacer con toda la comida: cerrar los ojos si podemos, mantenerla en la boca, apreciar las texturas y sabores, y degustarla despacio. Si consigues hacer esto con todo lo que comes empezarás no sólo a convertir el comer despacio en un hábito sino que conseguirás apreciar las pequeñas y valiosas cosas a tu alrededor.
Comer de más
Igual que comer rápido, ingerir más calorías de las que necesitamos es un hábito no sólo común sino muchas veces inconsciente. ¿Aunque tu estómago te dice que está lleno siempre comes un bocado más? Aunque estés comiendo cosas saludables, no tienes que pasarte, tu cuerpo no necesita ese stock. Qué hacer. Come siempre sentada y mastica bien la comida antes de tragarla, te saciarás antes y comerás menos. A menudo la causa de que comamos de más son los grandes platos que sirven los restaurantes, sobre todo en Estados Unidos, donde las autoridades sanitarias han hecho saltar las alarmas sobre este tema, directamente relacionado con la obesidad. Cuando te enfrentes a un gran plato, ten claro que no tienes que comértelo todo. Si te sientes mal por dejar la comida, no te cortes y pide que te la pongan para llevar. Una buena idea, sobre todo si sabes que te van a servir mucha comida, es compartirla. Además, ahorrarás dinero.
Arréglate para cenar
Aunque vayas a cenar sola en casa, tómate ese momento que una experiencia placentera y no un mero trámite para quitarte el hambre. Pon la mesa, coloca la comida en un plato bonito (así también controlarás las porciones), la bebida en un vaso o una copa y siéntate en una silla. Después de un día estresante sentarte un rato, encender incluso unas velas y poner música te ayudará a relajarte, apreciar lo que tienes en la mesa y comer más despacio y menos cantidad. Comer cualquier cosa delante de la tele, directamente de una bolsa, mientras hablas por teléfono o delante del ordenador nunca es buena idea, supone un acto casi de desprecio hacia el acto de comer y hacia tu misma. Dale a la alimentación la importancia que se merece.
El demonio del azúcar
¿Siempre caes en la tentación del postre? ¿A media tarde tu cerebro te pide a gritos algo dulce? Como explica la gurú americana, mientras más azúcar comas, más azúcar querrá tu cuerpo. Aquí tienes algunos consejos para parar esta espiral diabólica. Bebe agua: a veces la necesidad de azúcar es un síntoma de deshidratación. Llevar contigo una botellita de agua te asegurará un buen nivel de hidratación y te ayudará a comer menos dulce. Come más hidratos saludables: si tus ataques de dulce son incontrolables, añade a tu día a día hidratos complejos de IG medio, bajo, como legumbres o cereales integrales. Será la mejor forma de mantener estable tu índice glucémico y calmar tu ansia de azúcar. Más fruta: a veces las ganas de dulce pueden calmarse simplemente comiendo fruta fresca, un batido o un zumo natural. Cámbialo por otra cosa: a veces no necesitamos algo dulce en nuestro estómago sino en nuestra vida, como sugiere Arielle Fierman. Prueba a cambiar el bollo que quieres comerte por una baño caliente, una manicura, un rato con una amiga o un paseo al aire libre.
Una última comida
¿Sueles quedarte hasta tarde en el sofá viendo alguna peli o una serie? ¿Al final te acuestas tan tarde que vuelves a tener hambre y acabas abriendo el frigorífico en busca de algún capricho? Aquí tienes algunos consejos para no levantarte con remordimientos… Come lo suficiente durante el día. Aguantar sin comer nada durante la tarde para esperar a la cena es una pésima idea. Por muy apretada que sea tu agenda, tomar unos frutos secos, una fruta, un yogur o unas galletas integrales sólo te llevará unos minutos. Esto mantendrá estable tu metabolismo y te evitará el atracón al llegar a casa. Cuando comes otra vez después de cenar, ¿lo haces sin hambre? Pregúntate qué motivo emocional puede haber detrás de esa necesidad e intenta buscar las soluciones fuera de la cocina, como recomienda la experta. La gurú también recomienda cenar al menos dos horas antes de acostarse para tener una buena digestión y dormir mejor. Si aún así sigues necesitando algo, tómate una infusión relajante. Pstt. Evita a toda costa los snacks como palomitas o bolsas de patatas, no podrás picar sólo unas pocas…
No a las dietas, cambia de hábitos
¿Eres de las que siempre siguen la última de dieta de moda pero al terminarla vuelves a tus malos hábitos de siempre? Lo primero que recomienda Arielle Fierman es seguir la “Regla del 80/20”. Es decir, que la mayorías de tus comidas (el 80%) sean a base de alimentos sanos, como verduras, cereales integrales, fruta y proteínas de calidad. Y que con el otro 20% seas más permisiva, permitiéndote algunos caprichos y no siendo tan estricta con las cantidades. Sé buena con tu cuerpo. Comer poco y entrenar demasiado acabará haciéndote daño. Como dice la gurú, no hace falta sufrir para quemar calorías, adoptar unos buenos hábitos nutricionales, comer más frutas y verduras y hacer ejercicio moderado es suficiente para limpiar el cuerpo, mantener el peso y tener energía. No pases hambre. Siguiendo una dieta demasiado restrictiva tienes muchas más posibilidades de caer en los atracones que comiendo de todo y en cantidades suficientes.
Sé consciente
“Be present” es uno de los lemas de la gurú americana al sentarnos a la mesa. Hacer muchas cosas a la vez puede ser una ventaja en otras facetas, pero no a la hora de comer. ¿Sueles aprovechar la hora de comer para responder a tus mails, mirar tus wpp y chequear Twitter e Instagram? Como señala la experta, esta es exactamente la cusa por la que la comida, sea cual sea, desaparece de tu plato, sea cual sea, sin masticar bien ni saborearla. Stop. Deja el mundo digital a un lado mientras comes, presta atención a lo que tienes en el plato y tu compañía.
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