El sobrepeso tiene múltiples causas y también múltiples situaciones personales, por eso el abordaje debe ser individualizado y debe contemplar soluciones de diferentes tipos. La dieta, el ejercicio físico, el control del estrés, el descanso y algunos productos coadyuvantes son herramientas útiles.

La dieta ideal para perder peso de forma duradera es la dieta hipocalórica equilibrada, en la que se aporte una menor ingesta de calorías de lo habitual con la máxima cantidad de nutrientes. Habitualmente se disminuye el contenido calórico de la dieta habitual en unas 500Kcal, de forma que la dieta hipocalórica suele quedar en unas 1200-1400Kcal, dependiendo de la edad y actividad física de la persona. Para asegurar la eficacia, esta pauta debe ser individualizada, adaptándose a las particularidades y estilo de vida de cada persona, de esta manera se asegura el seguimiento. La duración de esta dieta dependerá, básicamente, de los kilos a perder. Para asegurar resultados a largo plazo esta dieta debe ser equilibrada, es decir, incorporar todos los grupos de alimentos en una proporción adecuada (como recomienda la pirámide de la Dieta Mediterránea).

Buenos hábitos

Una vez hemos hecho la dieta hipocalórica y hemos conseguido el objetivo de peso, debemos progresivamente volver a un contenido calórico normal, ajustado a cada individuo, manteniendo el equilibrio alimentario. Sólo aprendiendo a comer podemos mantener el peso que hemos conseguido, sientiéndonos bien y llenos de vitalidad. De nada sirve recuperar malas costumbres puesto que volver a engordar y volver a hacer dieta de forma repetitiva no es una buena gestión del peso corporal ni de la salud. También es necesario realizar actividad física de forma habitual, procurar descansar bien y llevar una vida ordenada sobre todo en lo que a las comidas se refiere.

Pero todo ello, aunque ideal, no es siempre fácil, pues además, en el control de peso existen ciertos problemas que están comúnmente asociados al exceso de peso como la retención de líquidos, el incontrolable picoteo, el hambre desmesurada, el metabolismo poco “quemador” o “ahorrador de energía” o el tránsito intestinal lento. En estas circunstancias o dificultades, que pueden acompañar a distintos perfiles de personas que desean perder algunos kilos, la fitoterapia ofrece la actividad de las plantas para poder controlar o modular estas situaciones.

¿Un truco?

Prueba con Lipograsil, depende del efecto que busques:

Saciante. A base de glucomanano, fibra de avena y cromo. Controla el apetito excesivo a la hora de las comidas.

Drenante. A base de plantas drenantes, laminaria, vitaminas y minerales. Ayuda a eliminar líquidos y toxinas, reduciendo el volumen corporal evitando el cansancio o la fatiga.

Control entre horas. A base de azafrán, fructooligosacáridos y cromo. Ayuda a controlar las ganas de picar entre horas y las ganas de comer.

Gestor de grasas. A base de chitosán y chitoglucán. Ayuda a quemar las grasas acumuladas y a diminuir la absorción de las grasas de la dieta.

Lipograsil, gracias a la fitoterapia, te pone un poco más fácil perder peso y sobre todo, no soportar el efecto de las dietas yo-yo.