Lo que nunca debes pensar es que fracasas fácilmente. Quizás no has caído en la cuenta de que hay cosas que crees que estás haciendo bien cuando en realidad no es así y que debes que evaluar siempre antes de decidir ponerte a régimen:

1- ¿Realmente necesito perder peso? Esa es la pregunta del millón que tienes que plantearte antes de comenzar una dieta. Hay veces que estamos en nuestro peso y arriesgamos la salud con dietas que no necesitamos. Si efectivamente lo necesitas acude a un médico, ese siempre es el primer paso. No obstante, si hablamos de una cuestión estética y no de salud quizás sea mejor opción hacer un cambio de hábitos progresivamente a someterse una dieta drástica. 

2- Me marco objetivos irreales: puede ser que tengas en mente expectativas que no puedes cumplir (ni tienes por qué), como querer que tu cuerpo sea perfecto o se parezca a cierta 'celebrity'. Adelgazar no va a solucionarte la vida, ni va a hacer que tengas éxito en ella, eso dependerá de un conjunto de otros muchos factores ajenos a tu físico. Simplemente va a ayudar a que te veas mejor, te sientas más ligera y más sana en el caso de que el sobrepeso sea significativo.

3- Lo hago por mi cuenta: a no ser que seas experta en nutrición o sepas bastante sobre el equilibrio de nutrientes que necesita tu cuerpo, es peligroso que sigas una dieta hecha por ti, puedes sufrir carencias, no ingerir las calorías suficientes y acabar abandonándola con secuelas físicas importantes.

4- I believe in miracles... Suena muy bonito pero confiar en milagros cuando hablamos de regímenes de adelgazamiento no es aconsejable. Perder peso requiere esfuerzo y una adaptación psicológica y física. Tampoco deposites tu confianza únicamente en los complementos alimenticios, sin una alimentación saludable y ejercicio no servirán para nada.

5- Olvido el deporte: es una parte fundamental a la hora de adelgazar. No hace falta que te conviertas en una atleta ni que contrates a un 'personal trainer', tan de moda últimamente, pero tu cuerpo debe estar activo para quemar calorías y tonificarse mientras adelgaza.

6- No soy constante: es importante serlo, lo que no significa que un día a la semana te permitas una cena o comida 'libre' para descansar y darte una alegría. Al día siguiente compensa con un choque que equilibre el exceso cometido el día anterior.

Hair, Lip, Hairstyle, Chin, Forehead, Eyebrow, Photograph, Happy, Facial expression, Style, pinterest

7- Quiero perder cinco kilos para mañana: no va a pasar ni debe pasar. No confíes en las dietas 'exprés' porque suelen provocar la recuperación del peso en un abrir y cerrar de ojos y además con algunos kilos añadidos. 

8- Sigo una dieta opuesta a mi vida: hay que tener muy en cuenta los hábitos que tú tienes, si tienes un alimento sin el que 'no puedes vivir', como el pan por ejemplo, intenta reducirlo y tomarlo en su versión más sana, por ejemplo el pan blanco por biscotes integrales, chocolate con leche por el negro. Quitarte todo lo que te gusta de golpe te generará ansiedad y hará que tires la toalla rápidamente.

9- Tengo una boda en cuatro días: la presión es probablemente el peor factor a la hora de ponerse a régimen. No sólo puede que abandones y no consigas tu 'objetivo soñado', puedes incluso ganar más peso por la angustia de querer hacer algo que saber que no vas a cumplir.

10- ¿Es el momento para ponerme a dieta? Quizás si te acaban de despedir, acabas de romper con tu novio o tienes problemas personales no sea el mejor momento para iniciar una dieta. Será más fácil hacerlo cuando te sientas bien contigo misma, con energía, estable y positiva.

11- Si me pongo a dieta no tengo vida social: no dejes de salir con tus amigos ni apartes el ocio que incluya comida de por medio. Busca opciones que no te arruinen el esfuerzo hecho durante la semana como optar por los refrescos sin azúcar en vez de copas con alcohol pero no dejes de lado las cosas importantes como la familia y los amigos, ¡son la salsa de la vida!