Sorprendió a todos cuando dio el paso hacia el rubio platino. Más que platino, 'grey team'. Pero la actriz ha decidido abandonar la aventura en la que se embarcó con el tono de moda para volver a su tono natural, a su seña de identidad: una melena en tono castaño claro matizada e iluminada con un balayage en tonos caramelo y vainilla.

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Y es que la melena gris no es fácil. Requiere de mucho trabajo (champús matizantes especiales para no virar al amarillo y mascarillas constantes para no perder hidratación) y esfuerzo (las raíces hay que retocarlas con asiduidad para no perder la idea inicial).

Parece que tanto trabajo era demasiado para Blanca Suárez que, tras lucirla por todos los países por los que ha pisado este verano, ha vuelvo a su origen, añadiendo corte en las puntas, posiblemente, para sanear después de la decoloración.