1. Es cosa de hombres: Durante muchos años ha sido una técnica demandada fundamentalmente por los hombres, pero en la actualidad cada vez son más las mujeres que se someten a esta intervención. ¿Por qué? “Los buenos resultados, cada vez más naturales, han ayudado a este crecimiento en la demanda por parte de las mujeres, que ya se acerca al 30 % de las personas que se intervienen”, según la Dra. Marina Garrido, cirujana de Svenson (tel. 902 211 711).

2. Es doloroso y deja marcas visibles: El microtrasplante presenta unas mínimas molestias los primeros días y sus marcas son apenas visibles. “La intervención se realiza con anestesia local, por lo que no se siente dolor ni requiere hospitalización. Y la cirugía se tolera muy bien”, según la experta.

3. Es cabello artificial: El conocido como “pelo de muñeca”, que se utilizaba antes, hoy en día está prohibido. Ahora, el microinjerto es autólogo, es decir, se usa pelo del mismo paciente, lo que garantiza un resultado totalmente natural y sin riesgo de rechazos.

4. Se vuelve a caer: “La zona donante por excelencia es la zona occipital del cuero cabelludo, ya que este pelo está codificado genéticamente para no caerse. De ahí se extraen todas las unidades foliculares que se utilizarán para realizar el microinjerto”, explica la doctora.

5. Es una cirugía de invierno: Cualquier momento del año es bueno para realizar la intervención, aunque los meses con menos demanda son los de más calor, julio y agosto, ya que en las primeras semanas es recomendable que no dé el sol en la zona microinjertada.

6. Únicamente para la cabeza: Es una intervención que se realiza mayoritariamente en el cuero cabelludo, pero se trata de una solución cada vez más demandada para cubrir otras zonas del cuerpo. “El implante de cejas ya es una técnica frecuente entre las mujeres y en el caso de los hombres, se suele recurrir al microinjerto para aumentar la densidad de barbas poco pobladas o imberbes, en el pecho y en pequeñas calvas”, asegura la cirujana.

Lo último: El microinjerto de cejas
Los cambios hormonales, emocionales –estrés-, algunos tratamientos médicos, las quemaduras, y su constante depilación pueden llevar a perder el pelo de las cejas. El microinjerto en cejas es una opción definitiva. Se trata de una intervención de carácter ambulatorio, que dura alrededor de dos horas. El cirujano injerta folículos pilosos extraídos normalmente de la zona posterior de la cabeza, siguiendo la línea natural de crecimiento y forma de la ceja y “siempre buscando el pelo más parecido al de la ceja”, según la Dra. Garrido. Se puede realizar también sobre cejas tatuadas. Precio: desde 3.000 €.