Según Forbes, las personas de éxito se despiertan antes de las 8 de la mañana. Por eso, aunque los que trasnochan sean más creativos, si lo que de verdad quieres es acabar tus tareas a tiempo y hacer que todo funcione bien, es imprescindible que te levantes antes que el resto de tu familia.

Lo malo es que a mí me encanta dormir. De verdad, lo adoro. Mucho. Desde que era una niña dormir ha sido una prioridad en mi vida.

ANTES DE COMENZAR

Cuando era pequeña mi patrón de sueño era el siguiente:

11:00-13:00 = siesta

15:00-17:00 = siesta

19:00-9:00 – dormir

Dormir sigue siendo fundamental en mi vida. Sin embargo, por las noches no era capaz de irme a dormir temprano. Si lo hacía, acababa leyendo un libro, viendo la tele o simplemente permanecía echada, esperando a dormirme y, antes de que me diera cuenta, eran las 2 de la mañana. Así que era imposible que me despertara a las 6.

Siempre he admirado a los madrugadores; esos que se lanzan a la conquista del mundo antes de la hora del desayuno.

Pero nunca me he sentido tentada de convertirme en uno de ellos.

No me malinterpretéis, en ciertas ocasiones he tenido que levantarme a las 4:30 para ir a nadar antes de que amaneciera (entrenando para un triatlón) o a las 5:00 para correr 10 kilómetros antes de ir a trabajar (entrenando para un maratón), pero estos madrugones estaban relacionados con el deporte.

Las otras ocasiones fueron para llegar a la oficina temprano porque tenía que terminar un trabajo en la fecha acordada o para coger un avión. No puedo recordar ni una sola vez en la que haya madrugado por amor al arte...

Pero eso es lo que estas "superpersonas" hacen, madrugar, desayunar, hacer yoga y leer el periódico antes de ir a trabajar. Parece una buena manera de comenzar el día, así que ¿por qué no intentarlo?

instagramView full post on Instagram

COMIENZO

No me he fijado ninguna hora en concreto para levantarme todos los días, sencillamente voy a hacerlo antes de lo que lo hacía durante la semana y los fines de semana, es decir 1.5 ó 2 horas antes.

Una vez que salgo de la cama, descubro que tengo tiempo para poner una lavadora y tender la ropa antes de irme a trabajar; me uno al club de los que desayunan antes de salir para el trabajo; tengo tiempo incluso de peinarme.

(Soy del tipo de persona que prefiere dormir a maquillarse).

Me siento muy satisfecha conmigo misma por todo lo que he conseguido en tan poco tiempo. ¿Por qué nunca me he planteado madrugar? Pensándolo bien, así el fin de semana es más largo.

PUNTO INTERMEDIO

Estoy destrozada.

Es entonces cuando me pongo mala y el reto se va a hacer gárgaras. Dejo de ir a trabajar un par de días y duermo casi 72 horas seguidas.

Me digo a mi misma que ha sido una casualidad y me resisto a pensar que mi cuerpo es alérgico a levantarse temprano. Pero también pienso que, tal vez, tenía que haber hecho las cosas más despacio y haber empezado con un período de adaptación.

Tengo que aprender a hacer las cosas poco a poco (debería haber aprendido la lección después de mi reto de 30 días sin cafeína...).

Aunque antes de caer enferma había conseguido madrugar todos los días, todavía no era capaz de dormirme temprano, mi cuerpo lo notaba y, por eso, quizás estaba más predispuesto a enfermar.

Decido continuar con el reto y no ser demasiado ambiciosa mientras mi reloj biológico se va adaptando, así que me pongo como objetivo levantarme sólo una hora antes de lo que solía hacerlo.

Si te levantaras una hora antes todos los días, dispondrías de 15 días más al año.

FINAL

He descubierto una nueva forma de entender las mañanas y que así se puede aprovechar más el día. No os voy a mentir, sigo sin cambiar la cama por nada en el mundo, ¿quién lo haría? Aunque creo que ahora tengo una relación más equilibrada con ella.

De todas formas no me podía sentir bien si, por la noche, no era capaz de dormirme antes, así que algo tenía que hacer. Pasé unos días muy difíciles, intentando que mis ojos no se cerraran, pero así conseguiría no tener que pasarme horas en la cama intentando dormirme.

Con el tiempo, conseguí dormirme en menos de una hora una vez que me metía en la cama y no odiar el mundo cuando mi alarma sonaba por las mañanas. A eso le llamo progresar.

CONSEJOS

  1. No le des al botón de repetición de la alarma. Cuando suene la alarma, levántate. Cuanto más le des al botón, peor te sentirás. Lo único que conseguirás es reiniciar el ciclo del sueño cada vez que pulsas ese botón...
  2. Evita que lo último que veas antes de irte a la cama sea tu teléfono, el iPad o el portátil. Algunos estudios han demostrado que la exposición a la luz azul y blanca de los teléfonos, ordenadores portátiles y otros aparatos electrónicos por la noche evita que nuestro cerebro libere melatonina, una hormona que indica a nuestro cuerpo que es de noche. Todo ello hace que tardemos más tiempo en dormirnos"
  3. Planea las cosas que vas a hacer por la mañana antes de irte a trabajar (hacer unas tortitas, leer unos capítulos de ese libro nuevo…) para que tengas más ganas de levantarte.
Vía: ELLE UK