La supuesta mejora de la salud o la bajada de peso que suponen las dietas sin gluten ha llevado a muchas personas a eliminarlo de su alimentación sin ninguna prueba médica previa para saber si son celíacos o al menos intolerantes al gluten. Si tú también te has dejado llevar por esta "moda healthy", puede que hayas tomado una decisión nutricional muy poco acertada.

Porque ¿qué es ser celíaco? ¿En qué se diferencia de ser intolerante? Y, sobre todo, ¿es tan malo el gluten?

Celíaco, intolerante, alérgico y sensible al gluten

Lo primero es aclarar conceptos y para eso le hemos pedido ayuda al doctor Luis Miguel Benito de Benito, digestólogo de la Clínica Dr. Benito de Benito y experto de Doctoralia.es. Como nos explica este experto, "es lo mismo ser alérgico al gluten que celíaco, mientras que intolerantes o sensibles al gluten serían términos similares".

"La celiaquía es una entidad perfectamente definida aunque no siempre se muestre en toda su riqueza de síntomas y tiene una base inmunológica y genética bastante bien delimitada", afirma Benito de Benito. "La persona con celiaquía tiene un sistema inmunológico que va a reaccionar de manera dañina para su organismo ante la presencia de gluten en el aparato digestivo, atacando estructuras propias principalmente, no sólo las vellosidades intestinales, que se atrofiarán e impedirán la correcta absorción de otros nutrientes, pudiendo dar más o menos síntomas o molestias", añade. Para este experto es importante diferenciar esto, ya que no es lo mismo daño que molestia. "Yo me refiero al daño cuando se objetiva que los tejidos y los órganos están deteriorados por el ataque inmunológico, mientras la molestia sería lo que el paciente siente, sus síntomas". Según este digestólogo, tendemos a pensar que daño y molestia van juntos pero no siempre es así. "De hecho, el intolerante o sensible al gluten es aquella persona que nota molestias cuando ingiere una cierta cantidad de gluten (más o menos cantidad según su grado de intolerancia) pero no tiene ningún daño objetivable en su organismo a consecuencia de esa ingesta de gluten", aclara.

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¿Moda o necesidad?

Nuestra siguiente duda es si las personas con enfermedades estomacales inflamatorias también deberían abandonar el gluten, como algunos nutricionistas u homeópatas aconsejan.

"Eso forma parte de un reduccionismo de moda. Periódicamente suelen aparecer noticias de alguien que cree haber encontrado la causa de todos los males en algo concreto", afirma el digestólogo, para quien "el gluten debe abandonarse si se es celiaco (se tengan o no se tengan molestias para evitar daños) o reducirse su ingesta en la medida en que se es intolerante". "Pero si la inflamación del estómago se debe a la presencia de Helicobacter pylori lo que hay que hacer es erradicar el Helicobacter. Y si se debe al abuso de alcohol, lo que hay que dejar no es el gluten sino el alcohol", puntualiza.

Una dieta cara

Ahora que tenemos claro que no tienes por qué dejar de comer gluten si no eres celíaco, nuestra siguiente pregunta es ¿qué precauciones debe tomar una persona que siga una dieta sin gluten o baja en gluten para no tener carencias o problemas de salud. ¿O no tiene

consecuencias? Según Benito de Benito la principal diferencia es que "una dieta estricta sin gluten es difícil y cara de llevar". Pero, como aclara, "a los celíacos no les queda más remedio y en su desarrollo no se aprecian claras deficiencias nutricionales o vitamínicas que deban ser suplementadas respecto a la población no celíaca". "Por ello, no parece que exista como tal una contraindicación formal a la dieta sin gluten, si bien en medicina la principal contraindicación es la falta de indicación", añade.

¿Y respecto a los que no toman gluten sin ser celíacos? "Existe la moda de hacer dieta estricta sin gluten sin ser celíaco porque algunos dicen que se sienten mejor o que es más sana", afirma el experto. Pero, como subraya, "que sea más sana es radicalmente falso". Como explica este digestólogo, "el trigo acompaña a la alimentación humana desde que comenzó a cultivarse hace más de 10.000 años. Otra cosa es que quien lo propugna porque se sienta mejor apele a eso, al componente subjetivo: como yo me siento mejor, ha de ser mejor para todos. A lo mejor quien lo dice es intolerante al gluten y bastaría con reducir la ingesta de gluten pero no suprimirlo por completo". Como recalca este experto "la consecuencia principal de hacer una dieta sin gluten es que afecta al bolsillo. Quien no es celiaco y quiere hacerla, es gastar por gastar".

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Una moda sin fundamento

Volviendo a la moda de las dietas sin gluten… y sin necesidad. ¿Dejar el gluten sin ser celíaco o intolerante puede tener consecuencias para la salud? "Dejar de tomar gluten, como hemos dicho, es imprescindible para el celíaco. Reducir la ingesta de gluten hasta el nivel de tolerancia, es recomendable en el intolerante según su grado de intolerancia. Pero dejar de tomar gluten sin necesidad (tratando de evitar el daño o las molestias) no es aconsejable porque en medicina existe el aforismo de que todo lo que no se usa se atrofia", explica Benito de Benito.

Así que ojo si has dejado el gluten sin una razón de peso, porque, como explica este experto, "si nuestro organismo deja de ver circulando gluten por el tubo digestivo, cabe la posibilidad de que con el tiempo se pierda realmente la capacidad de digerir ese producto". "Por ejemplo -dice- las sociedades en las que se consumen pocos lácteos acumulan un mayor porcentaje de pacientes intolerantes a la lactosa". Por ello, como recalca este experto, "la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha advertido que no tiene ningún sentido quitar el gluten de la dieta si no hay necesidad, no te hace estar más sano".

Pero si los expertos no recomiendan abandonar el gluten a no ser que seas celíaco, ¿por qué ha calado en la gente tan hondo el mensaje de que el gluten es tan malo? "Los partidarios de abolir el gluten a todo el mundo con frecuencia recurren al ejemplo de algunos deportistas de élite cuyo rendimiento ha sido mucho mayor al dejar el gluten. Evidentemente esto puede ser así... si el deportista es celíaco o intolerante al gluten. Pero en general no está demostrado que una persona sana y omnívora se encuentre mejor o esté más sana por prescindir del gluten en su dieta", afirma Benito de Benito. Aunque, como dice este experto, "también parece verdad que la ingesta de gluten se asocia a mayor flatulencia o gases, por la propia fermentación de los productos cereales".

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¿Existen diferentes tipos de gluten?

Otra duda que nos asalta es si da igual la procedencia del gluten, por ejemplo si pensamos en las harinas ultra refinadas que se utilizan para hacer pan o bollería industrial. "El gluten es gluten en todas partes. Y en todas las condiciones", nos aclara Benito de Benito. "Es verdad que clásicamente de los cuatro cereales vinculados a la celiaquía (trigo, cebada, centeno y avena) se ha considerado que la avena es la menos inmunógena", añade. Y, como señala este experto, "tampoco hay que perder de vista que el pan elaborado y sobre todo si ha de ser congelado, lleva otros conservantes y aditivos que no son gluten ni cereales".

¿Sigues pensando que tus malas digestiones son culpa del gluten? Tal vez tengas que plantearte otras causas si sabes que no eres celíaca ya que, como dice Benito de Benito, "en muchas ocasiones las comidas están formadas por nutrientes variados y cuando algo nos cae mal tendemos a sospechar de alguna cosa en concreto sin saber si fue el ingrediente principal o más abundante o fue algún aditivo o conservante. Si tienes ardor de estómago después de una cena pantagruélica tal vez sea culpa del exceso de vino y no de pan blanco…".

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Cómo saber si eres celíaco

Por último y más importante, ¿qué tipo de pruebas hay que hacerse para saber si eres celíaco o intolerante al gluten? Como vuelve a subrayar el digestólogo, "la distinción es muy importante, no es alérgico el que quiere sino el que puede". "Muchas veces es la sospecha de que el gluten nos cae mal lo que hace que el paciente acuda a nuestra consulta con la idea de que algo va mal en sus tripas cuando come gluten y que el cuerpo le pide evitarlo". Y como nos explica este experto, para saber si una persona es celíaca existen diferentes pruebas. "Suele hacerse un análisis de sangre para determinar los anticuerpos antitransglutaminasa, que pueden dar la pista: si están elevados puede haber una celiaquía".

"Más recientemente disponemos de una prueba de gota de sangre (un pinchazo en un dedo): en 10 minutos le podemos decir si usted no es celiaco con un 98% de valor predictivo negativo", afirma Benito de Benito. "Existen también pruebas genéticas por tipaje de HLA, pero todas estas pruebas apuntan o señalan la posibilidad de tener celiaquía.

Pero este experto subraya algo importante: "la confirmación de celiaquía no debe hacerse, pues el diagnóstico es de por vida, sin la toma de una biopsia duodenal, antiguamente por cápsula de Crosby y actualmente por endoscopia". "Es más, antiguamente y puesto que el diagnóstico condicionaba la vida, este diagnóstico exigía la toma de biopsias en al menos tres ocasiones: la primera para observar una mucosa duodenal dañada, la segunda después de cinco meses tras llevar una dieta estricta sin gluten y comprobar que las vellosidades duodenales se habían recuperado, y la tercera después de un par de meses cuando el paciente había pasado de nuevo a llevar una dieta normal, variada y amplia para corroborar que la atrofia de vellosidades había vuelto. En estos casos no había dudas, era celíaca. El intolerante lo tiene más sencillo: todas las pruebas son normales pero le cae mal comer gluten. Así que, que no lo tome", concluye.