¿Quién no tiene fiambre de pavo en la nevera? ¿Quién no lo compra habitualmente pensando que es un alimento sano y bajo en grasa? Para muchas mujeres preocupadas por su línea y su salud es un alimento casi imprescindible. ¿Eres una de ellas? Entonces lee con atención este artículo ya que, como dice la coach y experta en hábitos saludables Natàlia Calvet, "los fiambres de pavo que encontramos en el supermercado se engloban dentro de los productos ultraprocesados y la mayoría de ellos llevan solo alrededor de un 50-70% de carne". "El resto es azúcar, aditivos (conservantes, estabilizantes, antioxidantes, aromas) y otras cosas como fécula de patata, leche en polvo…", añade.

"El fiambre de pavo es un producto cárnico procesado en el que la base es la carne de pavo, un tipo de carne blanca con un contenido elevado en proteínas y bajo en grasas. Los ingredientes de un buen fiambre de pavo tendrían que ser esencialmente pavo, especias y sal. De hecho, se pueden hacer en casa de manera fácil", explica Calvet.

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"Es muy importante leer bien la etiqueta para ver el porcentaje y comprobar que ponga pechuga de pavo, no fiambre, pues puede contener los restos del animal después de quitar la carne magra", dice la nutricionista Leticia Carrera, de los centros médico estéticos Felicidad Carrera. Pero además de los poco apetecibles restos del pavo, como dice Carrera, este tipo de fiambres incluyen dos ingredientes especialmente indeseables: los aditivos y la sal añadida.

Calvet nos recuerda que los ingredientes están escritos de mayor a menor cantidad, así que el primer ingrediente en este tipo de productos debe ser pavo. "Fíjate en qué porcentaje de pavo lleva (cuánto más mejor) y luego mira el resto de ingredientes. En la tabla de composición nutricional verás la cantidad de azúcar añadido y de sal ("cuánto más bajos mejor", subraya). "Siempre que vayas al súper haz una comparativa y en la charcutería, pregunta por los ingredientes, en especial, el porcentaje de pavo que lleva", añade.

Cómpralo sólo de calidad

Si te has acostumbrado a coger el típico paquete de pavo envasado del súper sin apenas mirarlo, vas a tener que escoger mejor ya que, como dice Carrera "la carne de pavo tiene pocas calorías pero los embutidos procesados de pavo, como hemos visto, incluyen azúcares, féculas y grasas, por lo que no son tan dietéticos".

De hecho, si estás a dieta, esta nutricionista te recomienda huir del chopped de pavo, la mortadela de pavo, el fiambre de pavo o el chorizo de pavo ya que, aunque depende mucho de la marca, son las opciones más calóricas y menos saludables. ¿La mejor opción? "Preparar tú misma tu fiambre de pavo, preguntar en la charcutería por pechuga de pavo natural cocida o comprar los loncheados que según lo OCU son más saludables", dice Carrera.

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"No es un producto que debiera estar presente de manera diaria en nuestra alimentación y los de baja calidad debemos dejarlos para consumo ocasional", añade Calvet. Con los de baja calidad esta experta se refiere a los que encontramos en el súper con un porcentaje bajo de carne. "Sus propiedades nutricionales son distintas que si lo hacemos nosotros o encontramos en una charcutería (preguntando) uno con un porcentaje de carne elevado".

Si te gusta comer pan (que no es imprescindible) con cosas, esta experta te recomienda variar: atún, salmón, aguacate, sardinas, pechuga de pavo, queso, jamón, hummus, queso, huevos… "Y recordando siempre que la base de nuestra alimentación deben ser las verduras y hortalizas, podemos aprovechar para poner en el bocadillo tomate, rúcula, pepino, berenjena, calabacín…".

¿Es mejor el jamón york o el serrano? Como dice Calvet, "con el jamón york pasa exactamente lo mismo que con el fiambre de pavo. Hay calidades muy diversas y tenemos que investigar, pero también es un alimento ultraprocesado, así que debe ser de consumo ocasional". "El jamón ibérico es distinto, ya que el porcentaje de carne es muy elevado. Puede formar parte de una alimentación saludable recordando que la base de toda alimentación sana son las verduras y hortalizas", concluye.