Se estima que una de cada 100 adolescentes padece anorexia nerviosa y 4 de cada 100 tienen bulimia nerviosa, según un informe de Cruz Roja Española. Aunque estos son los trastornos más conocidos por la población general, no son los únicos dentro de esta clasificación. De hecho, el Trastorno por Atracón se ha incluido recientemente en la clasificación de enfermedades mentales y suele ser es el gran olvidado. ¿Por qué? "A pesar de que se trata de una patología que afecta el 30% de los pacientes con obesidad o sobrepeso, hasta ahora no se le había prestado atención porque estas personas no contaban a los profesionales que estaban sufriendo trastornos por atracón porque sentían vergüenza por su pérdida de control", asegura Robin Rica, psicólogo y director de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria, del Instituto Centta. Ahora se sabe que, aunque tiene muchas similitudes con la bulimia nerviosa, no se trata de lo mismo. La diferencia principal es que quien lo sufre no adopta hábitos compensatorios: vómito autoinducido, abuso de laxantes y/o diuréticos, ayuno, ejercicio físico extenuante…

¿Qué es exactamente? "Cuando una persona tiene episodios de sobreingesta, consume cantidades muy grandes en un período muy corto de tiempo –alrededor de 2 horas-, con una sensación de pérdida de control total", define Robin Rica. Para que se considere como tal, estos episodios tienen que producirse mínimo 2 veces por semana durante 6 meses seguidos.

¿Quién lo sufre? Suele darse más en mujeres que en hombres, de entre 25 y 40 años. "En una proporción de 6 ó 7 mujeres por cada hombre", asegura el experto. Concretamente, en mujeres que están habituadas a llevar dietas muy restrictivas. De hecho, "los atracones se centran en alimentos de alto contenido calórico y que la persona suele tener prohibido comer habitualmente", aclara Rica. Porque no les da por inflarse a brócoli o salmón, sin embargo sí comen de manera compulsiva y con mucha ansiedad productos ricos en grasas y azúcares. Además, "es habitual que la persona que tiene este trastorno presente un estado de ánimo negativo: esté triste, enfadada, tenga síntomas depresivos o mucha ansiedad y lo solucione comiendo a atracones", apunta el psicólogo.

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El tratamiento: Como siempre sucede con las enfermedades mentales el tratamiento debe ser multidisciplinar: nutricionista, psicólogo y psiquiatra, si es necesario. "El nutricionista pauta una dieta equilibrada y sobre todo variada, dónde no haya ningún alimento prohibido y se pueda comer de todo controlando las cantidades. Debe completarse con hábitos de vida saludables y ejercicio. El psicólogo trabaja con el paciente los sentimientos negativos acerca de su cuerpo, su estado de ánimo deprimido o su relación con los demás. Y le proporciona herramientas para tener una mayor sensación de control sobre su ingesta impulsiva, su tolerancia al estrés y sus emociones. Y el psiquiatra prescribe, cuando es necesario, fármacos antidepresivos y/o anticonvulsivos", detalla el médico. Los tratamientos son largos, mínimo un año, aunque "tiene mejor pronóstico que una anorexia o una bulimia nerviosas", alienta el experto.

Dónde: Muchos hospitales públicos ya cuentan con una Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria cubierta por la seguridad social. Y también existen estas unidades en hospitales y clínicas privadas como el Insituto Centta. Precio: El precio de la consulta va desde los 50 € hasta los 70 €.