Da al traste con la trasnochada idea de comer poco y a menudo: Esta premisa “en parte ha surgido de los fabricantes de tentempiés y de los libros de dietas de moda”, aseguran los autores –el médico Michael Mosley y la periodista Mimi Spencer-, que defienden que, al final, con esta recomendación terminas comiendo más. No en vano, nuestros antepasados lejanos no comían cuatro o cinco veces al día. Tenían que soportar largos períodos de tiempo sin comer nada. Así se forjaron nuestros genes y nuestro organismo. Estar sin comer durante períodos, aunque sean breves, hace que se activen una serie de genes reparadores que pueden conferir beneficios a largo plazo. “Existen muchas pruebas que sugieren que ayunar periódicamente puede promover cambios duraderos que nos protegen del envejecimiento y de las enfermedades –particularmente cáncer y diabetes-”, según el Dr. Valter Longo, director del Instituto para la Longevidad de la Universidad del Sur de California. La explicación está en una hormona: el IGF-1, o factor de crecimiento insulínico tipo 1. “Cuando somos jóvenes y estamos creciendo, necesitamos un nivel adecuado de IGF-1 y otros factores de crecimiento, pero un nivel alto del mismo en la madurez parece conducir a un envejecimiento acelerado y al cáncer”, aseguran los autores. Una de las formas de ayudar al cuerpo a reducir la hormona IGF-1 es con el ayuno. En definitiva se trata de mantener a raya los niveles de glucosa e insulina en sangre.

¿Qué pasa si decides ayunar?
Que se ve obligado a gastar su precioso almacén de energía para reparar e intentar mantener razonablemente en forma el organismo. “El cuerpo va por su propia cuenta a lo que sería el equivalente celular a un taller mecánico. Allí, todos los mecánicos de genes reciben la orden de empezar a hacer parte de las labores de mantenimiento urgente que se habían postergado hasta ahora”, explican los autores. Entre otros, se activa un proceso denominado “autofagia”, que significa “autodevorarse”, un proceso mediante el cual el cuerpo destruye y recicla las células viejas y cansadas. Fast Diet propone un ayuno intermitente. Exactamente, dos días de ayuno controlado, ingiriendo un desayuno y una cena temprana bajos en calorías, con un intervalo sin comer lo más largo posible. Exactamente 500 calorías al día para las mujeres y 600 para los hombres –se trata de reducir las calorías a un cuarto de tu dosis diaria habitual-. Y los cinco días restantes de la semana comer sin restricciones. Eso sí, los días de ayuno necesitas comer alimentos saciantes y con un índice glucémico bajo, las mejores opciones son las proteínas. Y los días libres deben primar las proteínas y las verduras, sin boicotear los hidratos de carbono, que también son necesarios. Para mantenerte, debes seguir ayunando únicamente un día a la semana.

Beneficios
Con el ayudo consumimos la glucosa que circula en nuestra sangre. Si esta no se sustituye con comida, el cuerpo recurre al glucógeno, una forma estable de glucosa que se almacena en los músculos y en el hígado. Y cuando ya ha consumido todo eso, el cuerpo recurre a quemar grasa. Además de dar un descanso a tu páncreas, en cuestión de semanas consigues rebajar el porcentaje de grasa corporal, reducir cintura, descender los niveles de glucosa en sangre, mejorar el colesterol y bajar la presión sanguínea. Y generar una profunda reprogramación metabólica y minimizar tus posibilidades de desarrollar una enfermedad relacionada con la edad, como el cáncer y la diabetes, y prolongas tu longevidad.  Ayunar aguza los sentidos y el cerebro. Tu cerebro aumenta su producción de factor neurotrófico y esto se traduce en un mejor estado de ánimo. Algo más: puedes perder medio kilo cada día de ayuno. Deberías perder 4,5 kilos de grasa en unas diez semanas.

Recomendación
Si piensas hacerlo durante más tiempo debes acudir a un centro adecuado. “Un ayuno prolongado es una intervención extrema. Si se hace correctamente, puede ser muy poderoso y beneficioso. Si se hace mal, pude ser perjudicial”, advierte el Dr. Longo.  

Más información: Lectura: La Fast Diet, Edt. Urano. Ayunoterapia: Buchinger Marbella. (Marbella, tel. reservas, 952 76 43 01). Mi Ayuno. (Barcelona, tel. 935 32 37 25).