"Me he dado un auténtico atracón en la comida, ya no voy a tener hambre en el resto del día": Todos hemos pensado esto alguna vez. Pero, a la luz de una nueva investigación, es probable que todos nos hayamos equivocado.

Solemos pensar que ingerir un mayor número de calorías hará que pasemos menos hambre, pero un nuevo estudio científico parece haber demostrado que esto es un mito: la investigación, llevada a cabo en la Universidad de Sheffield y publicada en la revista Food Science and Nutrition, afirma que la ingesta de calorías y los mecanismos del hambre son dos procesos menos relacionados de lo que creemos.

Los investigadores del departamento de metabolismo y oncología de dicha universidad han llegado a esta conclusión tras analizar 462 diferentes estudios relacionados con el apetito. De este número, más de la mitad (el 51%) demostraban la ausencia de relación entre ambas variables. El equipo investigador sugiere ahora la necesidad de analizar qué otros factores pueden influirnos a la hora de ingerir más o menos calorías, tales como aspectos fisiológicos, ambientales, sociales... Es decir, que quizá olisquear esa pizza recién salida del horno sea más determinante a la hora de decidir si tenemos o no hambre que lo que hayamos comido antes.

Para el grupo de investigadores, este descubrimiento choca de lleno con muchas de las promesas de la industria alimentaria, que constantemente saca al mercado alimentos que afirman ser capaces de modificar el apetito. "Debemos seguir investigando para descubrir qué factores influyen en la ingesta de calorías", asegura Bernard Corfe, uno de los conductores del estudio. "Esto es un paso importante para comprender por qué ocurre la obesidad y cómo prevenirla", afirma el experto.