El brócoli es un superalimento en el sentido más amplio de la palabra, incluso para ámbitos que ni siquiera hubiésemos imaginado, por ejemplo, para combatir el acné. Lo llevamos conociendo bastante tiempo, pero lo que no sabíamos y acabamos de descubrir es que hacemos algunas cosas mal con esta verdura tan sana, comenzando por cómo la cocemos y siguiendo porque solemos tirar a la basura su tronco. Este gesto cotidiano a la hora de prepararlo está muy (pero que muy) mal hecho porque se ha demostrado que esta parte no es que sea absolutamente aprovechable, es que además de ser rica cuenta con una gran cantidad de nutrientes y es un alimento que sube las defensas.

La comprobación la ha hecho el Laboratorio de Fitoquímica del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura del Centro Superior de Investigaciones Científicas, donde la investigadora Cristina García-Viguera ha concluido que "básicamente, el tallo del brócoli tiene las mismas propiedades que la cabeza, aunque en menor intensidad". Vamos, que hay que acabar con lo de desechar esta parte de la verdura, que nos va a aportar cosas positivas, y muchas.

Brócoli
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Propiedades y beneficios del brócoli

El brócoli es uno de esos alimentos bajos en calorías que, sin embargo, es generoso en vitaminas y nutrientes, además de una importante fuente de hierro, calcio, fósforo y potasio. Precisamente por eso, los beneficios que proporcionan a nuestro organismo son incontables: ayuda a combatir la anemia y depurar el organismo (perfecto para un plan detox), previene la gastritis, reduce la función tiroidea, es un gran aliado anticancerígeno e incluso ayuda a controlar algunos síntomas de la menopausia gracias a que contiene fitoestrógenos.

Pero poder aprovechar todas sus propiedades beneficiosas, también implica cocinarlo de la forma idónea o estaremos desaprovechando a un gran aliado gastro. Y es que un estudio realizado por investigadores chinos demostró que erramos a la hora de prepararlo y destacaba que la forma en que se elabora tiene mucho que ver en el efecto real que puede tener sobre nuestro organismo. Por eso vamos a ponerte al día, para que le saques todo el rendimiento.

Cómo cocinar (bien) el brócoli

La clave está en la cocina anticáncer. A menudo todos tendemos a saltearlo, a cocinarlo al vapor unos minutos o a cocerlo no más de 10 minutos. Para entender por qué lo hacemos mal, según este estudio, hay que saber previamente que el brócoli es un poderoso anticancerígeno gracias al sulforafano, un azufre orgánico natural con propiedades quimioprotectoras que reduce de forma importante la aparición de los genes de ARN no codificantes largos (el conocido como "ADN inútil") en las células de, por ejemplo, cáncer de próstata, disminuyendo estas colonias casi en un 40% según los estudios.

El sulforafano del brócoli provoca una apoptosis (muerte celular programada, con el objetivo de controlar su crecimiento) en las células de cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de colon y, según las investigaciones, ayuda a reducir también el número de tumores en el hígado. De hecho, tras los estudios realizados por los científicos de la Universidad de Oregón, llegó a afirmarse que el brócoli hasta podría comenzar a formar parte de controles terapéuticos en nuestras estrategias alimenticias por su influencia directa en los IncRNAs, puesto que el sulforafano se encuentra en niveles muy elevados en esta verdura que o amas, u odias.

Brócoli
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Pero hay un detalle que hemos pasado por alto y que si queremos mantener intactas esas propiedades, deberíamos tener en cuenta. Cómo se genera el sulforafano. No es más que el resultado de una interacción entre el glucosinolate (otro componente que se encuentra en la verdura) y mirosanasa (una enzima). Al cocinarlo al método tradicional, se reducen los niveles de glucosinolate y por tanto, no se genera el sulforafano necesario para conseguir los efectos deseados del brócoli en el organismo. ¿La solución? Verduras al wok.

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Pero tampoco vale aquí hacerlo de cualquiera manera. Los investigadores hicieron el siguiente experimento. Dividieron tres grupos de piezas de brócoli cocinándolos de la siguiente forma: el primero, cociendo el brócoli; el segundo grupo, salteándolo en el wok durante cuatro minutos y con el tercer grupo hicieron lo mismo, pero lo dejaron reposar durante 90 minutos. El objetivo: saber si así aumentaba la interacción entre el glucosinolate y la mirosinasa.

Efectivamente, ese fue el resultado. Averiguaron que tras el salteado, el brócoli tenía niveles más altos de sulforafano. Y no sólo es rico en sulforafano, sino también es una verdura excelente en cuanto a cantidades de agua.

Como ves, todo lo que nos aporta el brócoli es positivo. Por eso es una de las verduras que están de moda y que deberías incluir desde ya en tu dieta, por ejemplo, probando el brócoli a la vinagreta, en forma de ensalada con maíz y setas, las sencillísimas brochetas de brócoli y langostinos o incluso atreverte con nuevos usos como el pastel de queso y bbrócoli. Eso sí, recuerda que de esta verdura se aprovecha absolutamente todo. Toma nota.