Seis sustitutos del azúcar
¿Es bueno consumir azúcar? ¿Cuáles son sus alternativas? Despejamos todas tus dudas sobre uno de los alimentos más controvertidos, el azúcar, y todos sus sustitutivos.
Azúcar, ¿amigo o enemigo?
En el pasado fueron otros ingredientes pero, hoy en día, el enemigo público número uno de la nutrición tiene un nombre: azúcar. ¿Qué es exactamente y por qué deberíamos temerlo?
El azúcar es un tipo de carbohidrato presente de manera natural en numerosos alimentos como frutas, verduras o lácteos. Su función es vital para el correcto desarrollo del organismo: 'El cerebro adulto utiliza aproximadamente 140 g de glucosa al día', afirma EUFIC (Consejo Europeo de Información sobre Alimentación). 'El cerebro y los eritrocitos (“glóbulos rojos”) necesitan la glucosa, ya que no pueden emplear otra cosa como fuente de energía: ni grasas, ni proteínas'.
Por lo tanto, aportar ciertas cantidades de azúcar (o hidratos de carbono) al organismo es beneficioso. El problema viene asociado a los azúcares añadidos: una gran parte de los alimentos que consumimos (incluso los que no son dulces) se 'enriquece' con azúcar que no está en ellos de manera natural, y que puede elevar de manera considerable la cantidad de azúcares que consumimos sin ser siquiera conscientes de ello. El resultado suele traducirse en un consumo excesivo de este ingrediente, algo que puede derivar en sobrepeso o enfermedades tales como diabetes o hipertensión.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? En primer lugar, leer con cuidado las etiquetas de los productos que consumimos para conocer la cantidad de azúcar que contienen. Y en segundo lugar, buscar sustitutos del azúcar que nos permitan reducir su consumo sin renunciar al sabor.
Stevia
Se obtiene de la planta Stevia Rebaudiana y se ha convertido en uno de los edulcorantes naturales más populares. Algunas tribus nativas de Suramérica llevan siglos utilizándolo como endulzante.
¿Sus ventajas? Es de origen natural y no aporta calorías, a pesar de ser hasta 300 veces más dulce que el azúcar.
Aspartamo
Es uno de los edulcorantes artificiales más conocidos junto con la sacarina y lo encontrarás en las listas de ingredientes bajo el código E-951.
A pesar de los recelos que esta sustancia ha despertado (se le ha relacionado con algunos casos de cáncer), las numerosas investigaciones realizadas hasta la fecha demuestran que el aspartamo es un ingrediente inocuo. Únicamente las personas que padezcan de fenilcetonuria, enfermedad hereditaria poco común, deben controlar su ingesta.
Miel
El producto de las abejas es un extendido endulzante natural pero, debido a su alta concentración de azúcares, no es una buena opción si el objetivo es el control del peso. La miel aporta 304 calorías por cada cien gramos, no muy lejos de las 387 del azúcar refinado. Sin embargo, ésta aporta una serie de macronutrientes (calcio, magnesio, fósforo, vitamina C...) que la convierten en una opción más sana y nutritiva.
Xilitol
Se le conoce como 'azúcar de abedul', y es que se extrae de la corteza de este árbol. Su textura y sabor son muy similares a los del azúcar blanco, pero aportando un 40% menos de calorías que éste. Además, a diferencia del azúcar, no provoca caries y tiene un efecto antibacteriano, por lo que es un ingrediente común en chicles.
Puede tener efectos laxantes si se consume en exceso. Por ello, no es recomendable superar la cantidad de 50 gramos por persona al día.
Sacarina
Es uno de los edulcorantes químicos más antiguos y no está exento de polémica: a raíz de ciertos estudios realizados en los Años 70, se especuló con la posibilidad de que provocara cáncer. Sin embargo, la realidad es que no hay ninguna prueba científica sólida que haya conseguido demostrar esta relación. Es un edulcorante no calórico, por lo que está especialmente recomendado si lo que se busca es controlar el peso.
Sirope de agave
Esta sustancia, también conocida como aguamiel, se extrae del agave, una planta de apariencia similar al aloe vera y originaria de América del Sur. Su textura es parecida a la miel y, a diferencia del azúcar, tiene un índice glucémico bajo (no eleva tanto la glucosa en sangre). Sin embargo, se trata de un alimento muy calórico (310 calorías por cada 100 gramos), por lo que su consumo debe ser moderado.
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