Las extensiones de pestañas han evolucionado mucho en los últimos años, asegura Carol Gallego, directora de Slow Life House (www.slowlifehouse.com). Antes eran artificiales, se notaban, eran incómodas y se caían con frecuencia. Hoy día existen revolucionarios sistemas, como el de Slow Life House, que destacan por la naturalidad de los resultados.
Las principales diferencias respecto a los métodos tradicionales radican en el método de colocación, los materiales de fabricación y la duración de los resultados. “Mientras que antes se colocaban en tira o bien en grupos de pestañas, ahora se ponen una a una, consiguiendo un resultado espectacular. Los materiales antes eran muy rudimentarios y el resultado era artificial. Ahora destaca la ligereza y flexibilidad de las pestañas. Además, las hay de diferentes colores, grosores, longitudes y curvaturas, para adaptarse al máximo al tipo de pestañas de cada clienta. Y ya no hay que temer que se caigan en el momento más inoportuno. Con las nuevas técnicas los resultados pueden durar hasta tres o cuatro semanas  y existe la posibilidad de prolongarlos más con una sesión de relleno”, detalla Gallego.