Nadie se libra de haber visto una de esas películas de sobremesa en la que chica 'nerdy' va al baile de invierno (o al de graduación, o a cualquiera de esos 850 bailes que hacen al año en los institutos americanos) con el chico guapo del equipo de rugby y, oh! sorpresa: la deja plantada. Después, la susodicha pasa por chapa y pintura y se convierte en el cisne del estanque 'Liberty', se hace animadora, pasa del guapo y se va con el 'nerdy' versión masculina en venganza o porque en el fondo, él también esconde un cisne en su interior.

Bueno, pues después de trillar este argumento hasta la saciedad, las guapas del equipo de animadoras quieren ser nerds y, ahora, subirlo a Instagram.

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Atrás queda el absurdo reto del folio. Lo último es mostrar la papada y poner los ojos bizcos.

Tomarse con humor la vida, la belleza y reinventarla con la cara más cómica (ABE Cara Delevingne) o envejecer a golpe de maquillaje y fardar de arrugas.

Y ahora, con los filtros y caras de Instagram y Snapchat, hacer el tonto es aún más fácil y divertido.

Instagram sorprende. Todos y cada uno de los días. Y de la misma forma que antes el patito feo se convertía en cisne, ahora la historia se da la vuelta de la forma más libre y divertida y son los cisnes quienes se lo pasan en grande haciendo de patitos feos. Y, a veces, los resultados son sorprendentes.

Pisamos un nuevo terreno sembrado con nuevos ideales. En la era en la que talla es lo de menos. Un mundo reinventado en el que posar diciendo 'cheeeese' quedó atrás porque ahora, tu peor cara es la nueva buena cara. Tu lado más cómico, el que se ríe de si misma antes de que lo hagan otros, es el que importa, el que gusta a uno mismo y a los cientos o miles de usuarios que te sigan que lo avalarán a golpe de 'likes', el veredicto más rotundo de todos los tiempos. Una nueva belleza en la que patitos grises y cisnes blancos conviven en el mismo estanque y se cambian los papeles. Y eso son buenas noticias. LIKE 👍

vía GIPHY