En los últimos años ha aparecido en el mercado médico-estético un arma infalible para tratar las cicatrices: los láseres fraccionales, según la Dra. Elvira Ródenas (www.slowlifehouse.com): "Hay una nueva dimensión para el tratamiento de las marcas en la piel o de las cicatrices, podemos reducir su tamaño e incluso en ocasiones hacerlas desaparecer", asegura.

Sus ventajas: trabajan con diferentes longitudes de onda, lo que nos permite trabajar a más o menos profundidad en la piel, ser más o menos agresivos, y hacer así tratamientos a la carta, según la lesión y el requerimiento del paciente. "Haciendo muchas sesiones reduciremos las cicatrices y marcas paulatinamente, sin que haya ningún inconveniente en el postratamiento. Y si el paciente nos lo permite, se pueden hacer sesiones más agresivas, para reducir el tiempo, aunque, yo soy partidaria del tratamiento más suave, para que la regeneración y restauración de la piel sea mejor", apunta la experta que suele hacer una sesión cada tres semanas.

El número total de sesiones depende del tamaño y la profundidad de la cicatriz. "Si ésta es reciente, habrá que esperar varios meses para tratarla. Mientras, podemos recetar cremas que suelen contener aceite de rosa de mosqueta, glicerina, niacinamida, triterpenos de centella asiática, y vitamina E, a veces asociados a sustancias calmantes como la caléndula e hidratantes como el hialurónico o la glicerina, asociadas a bases siliconadas", detalla. Una combinación de estos principios existe en el mercado farmacéutico, con el nombre comercial de Cicapost, de Laboratorios Isdin. Y también se pueden utilizar apósitos con geles de silicona para ocluir la herida en la primera fase de cicatrización, "lo que la mantendrá hidratada, y nos anulará la posibilidad de cicatrices hipertróficas y queloides", asegura la Dra. Ródenas.