El dúplex de Laura Pons
La creadora mallorquina Laura Pons, creadora de los clutchs personalizados Claudine nos abre las puertas de su dúplex en la capital, un espacio ecléctico y con chispa. Puro charme!
Cualquier it girl adoraría completar su outfit con un clutch Claudine. Su creadora, Laura Pons, ha conseguido en poco tiempo, tras una larga trayectoria vinculada a nombres como Antonio Miró o Carmen March, situar estos pequeños objetos de deseo en las wish lists de todas las fashionistas. Laura es divertida, extrovertida, dinámica y de risa fácil, adora las mezclas imposibles y disfruta trabajando con tejidos nobles que en sus manos se combinan de forma única.
Fiel reflejo de su personalidad, su casa -un dúplex en pleno centro de Madrid- muestra esa pasión por los mix de estilos y materiales. Es una vivienda muy luminosa, amplia, con espacios abiertos... que, aunque reformada, conserva elementos originales; algo de lo que se enamoraron Laura y su marido a primera vista. “Fue un flechazo total. Cuando entramos al piso nos divirtió mucho que fuera un dúplex, que mantuviese las contraventanas antiguas, el suelo de parqué, la librería de obra... Aunque lo primero que nos conquistó fue el edificio, construido en 1880; por eso, buscamos en él una casa que se alquilase”.
Decorativamente es una vivienda ecléctica “una mezcla muy divertida de los estilos que teníamos cada uno en nuestras casas de solteros”. Y en esa melange conviven en total armonía muebles de aire clásico, como la mesa maciza de comedor de los años 70, con piezas tan informales como las sillas plegables Pantone de vibrantes colores. Una apuesta que podría parecer casi temeraria pero que consigue un resultado único. “Para crear mis clutchs utilizo muchas telas diferentes, combinaciones inusuales de tejidos, estampados y colores, cebra, amarillo limón... En mi casa también se nota esa mezcla. Me gusta arriesgar en decoración”.
En cuanto a materiales, los juegos de texturas, la pasión por el color y, sobre todo, la calidad se aprecian en toda la vivienda. “Para mis diseños, me encanta el terciopelo, los interiores en seda salvaje, los tejidos nobles... También la arpillera, los algodones estampados... Para la casa me apasiona también el terciopelo, en cualquier color excepto en negro; por alguna razón el terciopelo negro, aún siendo de calidad, no me lo parece”.
Pero es quizá ese aire de singularidad, de que cada objeto es único, de componente emocional, lo que perfila las señas de identidad de este dúplex. “A un clutch le hace único que puedas personalizarlo y elegir el toque final; si quieres algo más clásico, las iniciales pueden ir en dorado, y si buscas algo más rompedor, pues en rosa fucsia. En decoración lo que creo que hace única a una pieza es el cariño con que la hayas comprado, o que sea heredada... que tengas recuerdos de dónde o cómo la adquiriste...”.
Para Laura, su casa es un lugar vivo, un refugio donde estar a gusto y pasar tiempo de calidad y, aunque el conjunto sea como una extensión de ella misma, tiene un rincón favorito: su dormitorio. “Allí me siento recogida y me olvido de todo. Al trabajar en parte desde casa, tengo el salón con telas y otros materiales, así que cuando voy al dormitorio es el momento de desconexión total”.
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