Si la magia de la Navidad surge en un ambiente blanco, luminoso, cálido, acogedor... María Myers, diseñadora de interiores y propietaria de la tienda londinense de decoración Chic Shack, ha logrado crear el mejor escenario posible.

Esta  vivienda in­dependiente, situada en el sur de Londres, es fruto de una inteligente y estudiada transformación.

Más grande, más luminosa

Ma­­ría, nacida en Sudáfrica y criada en Portugal, se trasladó a Londres hace 12 años con su mari­do. La llegada de su tercer hijo, hace tres años, fue el principal motivo del cambio de casa. Bus­ca­ban una propiedad grande, bien ubicada y que tuviese suficientes posibilidades para que la di­se­ñadora pudiese recrear en ella un estilo muy concreto.

“Antes de empezar a planificar la casa, imaginé cómo la quería: luminosa, abierta y que recordase la vida junto al mar, a pesar de ser urbana”, cuenta Myers. Descubrió esta propiedad y se enamoró al primer vistazo, sobre todo, por las dimensiones del jardín trasero.

Sólo tenía un problema: la casa, de tres habitaciones, era demasiado pequeña para las necesidades de esta gran familia. Y así co­menzó una laboriosa reforma, en la que se diseñó una ampliación que abarca toda la parte trasera de la casa y que permitió crear un gran salón, una zona de comer interior y otra en el por­che, un despacho, un cuarto de juegos para los niños, varios dormitorios, in­cluyendo uno para invitados que los Myers reciben desde Sudáfrica y Por­tugal…

Estilo rústico

Arquitectónicamente se respetó la estructura de madera de la casa, con las vigas vistas y los suelos en anchos listones con acabado rústico. In­cluso se potenciaron estos materiales con  revestimientos de pintura blanca mate. Para la ampliación se mantuvo este mismo esquema, para dar forma a una vivienda serena y elegante, de es­pacios abiertos y luminosos que re­cuerda las casas de las costas atlánticas.

Blanco puro

Todos los ambientes se vistieron de blanco. Suelos, paredes, tapicerías, mobiliario... con un resultado espe­cial­mente acogedor, gracias a los ma­teriales y al estilo mitad escandinavo mitad francés que define a los muebles, la mayoría procedentes de Chic Shack.

“Adoro este look de pintura blanca y fresca, me hace pensar en cielos azules y tardes templadas”, dice María, y añade, “supongo que es porque crecí bajo el sol, pero para mí lo más im­portante es potenciar esta sensación de espacio abierto y luminoso”.

Luz navideña

Tan sólo se ha permitido unas audaces concesiones al co­lor, vibrante rosa en su dormitorio y llamativo rojo en el de los chicos, esta última combinación resulta, además, muy adecuada para la decoración na­videña que inunda cada rincón de la casa en esas fechas.

Esta atmósfera se potencia con la iluminación procedente de cientos de velas repartidas por cualquier espacio libre, incluida la chimenea. Una luz que se torna mágica reflejada en las superficies inmaculadas de esta vivienda tan personal.