Sencillez, esencialidad, armonía, serenidad... son adjetivos que
definen con precisión tanto la
casa como la personalidad de Helena Rohner. La creadora de joyas canaria
(que también coquetea con el mundo de la decoración) nos deja colarnos en su casa para charlar de diseño contemporáneo, una de sus grandes pasiones.
¿Qué le enamoró de su vivienda?
La imagen de casa francesa antigua, de techos muy altos, luminosa, con balcones
de madera... esa sensación de amplitud.
¿Cómo definiría el estilo de su casa?
Hemos intentado hacer una casa tabula
rasa, muy sencilla, muy limpia, blanca...
para poderla variar con bastante frecuencia.
¿Y refleja tu personalidad?
Yo creo que sí, que refleja mi búsqueda
de cosas en armonía y tranquilidad.
¿Cuál es su rincón favorito?
Hay muchos, pero mi estudio me encanta,
es el único sitio donde me permito poner gran
variedad de cosas, digamos que mi orden/desorden particular está en mi estudio.
¿Y sus tres piezas favoritas?
La silla del salón, heredada de mis padres, que es una silla danesa de los años 70, de Hans Wegner; el taburete de Sori Yanagi, que fue la primera pieza que me compré,
a los 20 años, con muchos ahorros; y
las lámparas de mi amiga Marre Moerel.
Ha diseñado juegos de té, vajillas,
alfombras... ¿Se anima con mobiliario?
Hay un proyecto, una silla que estoy haciendo
con mi amigo el arquitecto Luis Úrculo.
¿Qué arquitecto le gustaría que diseñase la casa de sus sueños?
Quizá Herzog & de Meuron. Me parece muy
interesante todo el estudio que hacen de superficies, de texturas, del efecto de la luz...
¿Cuál es su diseñador favorito?
Los Bouroullec, sin duda. También Inga Sempé
me encanta por el uso del color; Morrison, por su esencialidad; y Fukasawa por su
filosofía del diseño que se adapta a la utilidad.
¿Y diseñador joven emergente?
La escuela de diseño belga, de Eindhoven,
y unos chicos franceses que se hacen llamar “¿adónde?”; ellos mezclan cerámica con madera lacada. Hacen un trabajo muy natural y arts&crafts pero moderno a la vez.
¿Qué objeto de diseño le ha fascinado más en los últimos tiempos?
Hay varios. Un contenedor de cobre de Ilse Crawford para Georg Jensen, que me parece muy interesante por la recuperación del material; los taburetes de madera y cuero de Space; la alfombra de los Bouroullec para Marquina, su lámpara para Flos; el sofá
de Inga Sempé, la Slow Chair de Vitra...
¿Qué debe tener una pieza de diseño (joya, mueble...) para ser única?
Honestidad, en el sentido de que no tiene que imponerse a la persona que la usa; ser cómoda y útil; encajar bien en su lugar;
y tener un giro que la haga interesante.
¿Cuáles son su materiales preferidos para crear y para su casa?
Para mí es fundamental el modo de utilizar la luz: las joyas son la luz del cuerpo
y en una casa están las lámparas pero
también los objetos que aportan luz y color. Además, un material que utilizo
y que siempre vuelvo a él es la madera.
¿Qué importancia tienen las telas y
los tejidos en una casa? ¿Y en la suya?
Mucha, y no por el color necesariamente sino por las texturas; no hay nada mejor que unas sábanas blancas bordadas, que tienen un volumen o un cojín tejido a mano que tiene diferentes entramados.
¿Su diseñador o firma de tejidos favorito?
Además de mi madre (Nilia Bañares), los famosos Kuadrat me encantan y, en España, SuTurno, que hace unos estampados
muy bonitos, son como Bauhaus mezclado con moderno, retro pero muy purista...
Dígame, ¿qué tres piezas de diseño,
de cualquier época, le apasionan?
Me fascinan todas las piezas clásicas, la lámpara Artichoke de Poulsen; la chaise-longue de Charlotte Perriand; los diseños
de Helle Damkjaer; las lámparas de
Ilse Crawford, las sillas de Wegner... A continuacion, pasamos a ver su casa...