Hoteles refugio de artistas

Algo debe de tener este hotel ubicado en Sunset Boulevard, que atrae a los famosos. En él ha habido muertes, intrigas políticas, borracheras, infidelidades... Pero también ha servido de inspiración a escritores, como F. Scott Fitzgerald, creador de El gran Gatsby o El Curioso caso de Benjamin Button. Aquí estuvo escribiendo su novela inacabada The Love of the Last Tycoon, que fue adaptada al cine con el título de El último magnate.

Este hotel de lujo del Barrio Latino parisino no sólo sirvió de inspiración a Jim Morrison para escribir el poema Últimas palabras, que dice: "Bueno, soy un Hombre con Alma de Cobra, he bebido la droga del despiste... Últimas palabras, últimas palabras dichas”. También la habitación 116 fue el lugar donde Oscar Wilde escribió, entre otras, su segunda carta al Daily Chronicle, y donde vivió hasta su muerte, en 1898. Otros artistas, como Frank Sinatra o Salvador Dalí, también se han alojado en este mítico hotel de París.

La habitación 217 de este hotel, enclavado en las Montañas Rocosas de Colorado, sirvió de alojamiento a Stephen King mientras escribía su célebre novela El Resplandor. Al parecer, lo hizo inspirándose en las propias vivencias que experimentó allí. Según cuentan, el escritor tuvo una serie de experiencias paranormales, como oír las voces de un niño que llamaba a su niñera al final de un pasillo y al llegar allí no encontrar a nadie, o escuchar una vieja melodía tocada al piano junto al murmullo de la gente en el bar, cuando sólo estaba el camarero. Curiosamente, en el Stanley se rodó una pequeña miniserie para televisión basada en el libro de King, pero la película se hizo en el Hotel Timberline de Oregón.

En 1969, la habitación 702 de este hotel fue testigo del  famoso bed-in por la paz, protagonizado por John Lennon y Yoko Ono. La pareja invitó a la prensa internacional mientras abogaban por el cese de la guerra en el mundo desde la cama. Por increíble que parezca, la administración del hotel no promocionó la habitación donde ocurrió este hecho histórico hasta 1990, cuando fue redecorada, con la aprobación de Ono, para que se viera como en 1969. Hoy, los fanáticos del ex-Beatle pueden alquilarla por unos 1.700 € la noche.

El pintor catalán Salvador Dalí convirtió este hotel en su segundo hogar. Aquí se dedicaba a pintar ¡y dar rienda suelta a sus excentricidades! En una ocasión, Dalí le ofreció al personal del hotel 5 francos por cada mosca que atrapara para él. En otra intentó "pescar" a los transeúntes que desfilaban delante de su balcón usando langostas de carnada. Pero lo que colmó la paciencia de los dueños del hotel fue cuando paseó ovejas por los elegantes pasillos, mientras les disparaba balas de goma.

Cada una de sus habitaciones tiene el nombre de un personaje conocido que se ha hospedado en ellas. Por ejemplo, Alfred Hitchcock, Hemingway o Agatha Christie. La escritora se alojó entre 1926 y 1932, y aquí fue donde escribió su novela Asesinato en el Orient Express. Hoy en día su habitación se sigue reservando, aunque hay que pedirla con tiempo, ya que es una de las más solicitadas.

Hoy en día, este hotel situado en el centro histórico de Venecia, emana una original sofisticación y su restaurante, Met, posee dos estrellas Michelín. Sin embargo, su historia se remonta al año 1500. Entre 1703 y 1740, Vivaldi compuso en su Iglesia el Armónico Opus III y el Concierto de las Cuatro Estaciones. En 1880 la Iglesia se transformó en un hotel conocido como Casa Kirsch, donde se alojó Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. En 1900, Thomas Mann hizo una reserva para él y su hermano mientras escribía Muerte en Venecia.

Los primeros capítulos de la novela Por quién doblan las campanas y Crónicas de Pesca, ambos de Ernest Hemingway, fueron escritos en este edificio de arquitectura ecléctica, situado en La Habana Vieja. El escritor norteamericano se hospedó en este hotel a principios de los años 30 porque, según dijo, "era un buen sitio para escribir". Ahora su habitación ha sido convertida en un pequeño museo sobre su vida.