A medida que la cultura de la dieta se ha intensificado, la forma en la que los padres piensan sobre cómo han de alimentar a sus hijos se ha complicado. “Queremos conseguirlo de forma tan desesperada que les damos kale y hummus y hemos convertido su peso en el termómetro de su futura salud y felicidad, así como en la validación de nuestro éxito como padres. El peso está racializado y es un marcador de clases. Asociamos la epidemia de la obesidad con la comida procesada, con la televisión y con los pantalones de chándal de marca de supermercado. Asumimos que la gente engorda, o peor, que los niños engordan, por vagancia e ignorancia”, escribe Virginia Sole-Smith en ‘’Fat Talk. Parenting in the age of diet culture’ (Conversación sobre el peso: la crianza en la era de la cultura de la dieta).

cultura de las dietas
youtube//YouTube
Cómo afectan las dietas a los niños

Hablamos con la autora sobre cómo vinculamos la salud con la delgadez, los efectos que tiene en los niños haber crecido entre dietas y por supuesto, sobre el regreso del ‘heroin chic’ de la mano del Ozempic, cuyo compuesto principal es la semaglutida y está destinado a tratar la diabetes.

Parecía que por fin la industria del entretenimiento y con él, la moda, abrazaba la diversidad de siluetas, pero el aumento en la demanda de Ozempic ha hecho que incluso quienes antaño eran referentes de diversidad, cada vez estén más delgadas…

    Sin duda, es un paso atrás. Esta medicina puede hacer ganar a la industria farmacéutica mucho dinero, mucho más del que obtendrían al curar la diabetes, y esto demuestra cuánto progreso hemos aún de hace. Para algunos este medicamento les ha hecho darse cuenta de que ya no se tienen que preocupar por el prejuicio de la gordura ni tienen que aceptar su cuerpo, porque simplemente pueden adelgazar. Es doloroso porque para comenzar, demuestra que el prejuicio que tenemos respecto al peso está muy dentro de nosotros, y también porque hablamos de un medicamento que aquí, en Estados Unidos, cuesta 1.400 euros al mes. Creo que vamos a ver cómo sólo una clase social va a emplearlo y va a hacer un uso recreacional respecto a la pérdida de peso. Los delgados se harán más delgados y mientras tanto, quienes tengan menos dinero, las clases marginalizadas y quienes necesitan medicación diabética de verdad, no tendrán acceso a esta medicina.

    "Tu valor no cambia cuando tu talla lo hace"

      Quienes crecimos en los 80 y en los 90 hemos estado siempre rodeadas de mujeres sometidas a dieta, como si estar a dieta fuera parte del proceso necesario para hacerse mujer…

        Nos dicen que nuestra estética y nuestros cuerpos determinan nuestro valor como mujeres, y por eso es comprensible que en algún punto nos veamos atrapadas por el ciclo de las dietas, porque es cierto que el mundo es más difícil si no eres guapa y estás gorda. Creo que es importante agarrarnos al hecho de que nuestros cuerpos no determinan nuestro valor y que somos mucho más que nuestra belleza. No le debemos ni nuestro cuerpo ni ser guapas al mundo: tu valor no cambia cuando tu talla lo hace.

        cultura de las dietas
        Gabrielle Gerard
        Virginia Sole-Smith

        Uno de mis libros preferidos es ‘Hambre’, de Roxanne Gay, en el que explica que a medida que fue ganando peso y haciéndose más grande y visible, para la sociedad fue haciéndose más pequeña e invisible.

          Si estás gorda, eres de forma simultánea invisible e hiper visible, en el sentido de que parece que es correcto que la gente te trate mal, te insulte y te acose por las calles, así como que en los restaurantes las sillas sean demasiado pequeñas para ti y que en los aviones los asientos no sean acordes a tu volumen.

          "En los artículos sobre el Ozempic sólo se habla con gente delgada: se borra a los gordos"

            Como periodista, alguna vez me he sentido responsable de fomentar la cultura de la dieta. ¿Cómo puede una periodista hablar de dietas sin ser cómplice?

            Te entiendo bien, porque he trabajado en revistas femeninas durante gran parte de mi vida. Llegó un punto en el que sentí que no podía seguir escribiendo artículos en los que incitaba a las mujeres a ser más pequeñas, porque creo que eso no ayuda a nadie. La industria ha cambiado y creo que incluso las revistas de moda se están dando cuenta de que no pueden seguir perpetuando este estereotipo. Es importante que las periodistas puedan mostrar su preocupación por la forma en la que hablar de dietas puede generar problemas y que incluso si en un artículo se explora una dieta concreta, puedan asegurarse de que no estén dejando pasar de largo los estereotipos hacia el sobrepeso/obesidad. Algo que me frustra mucho sobre el Ozempic es que en los artículos que lo tratan, los periodistas no hablan con gente gorda, sino que únicamente entrevistan a gente delgada que adelgaza más. Borran a la gente gorda de la conversación.

            "Cuando incentivamos la pérdida de peso, estamos promoviendo las restricciones y los desórdenes"

              ¿No tendrían quienes aseguran que se preocupan tanto de la salud de los niños tendrían que hablar menos del peso y más de prevenir los desórdenes alimenticios?

              Los desórdenes alimenticios son el problema de salud mental con mayores ratios de mortalidad, por lo que estamos hablando de un tema muy serio. Si te preocupan de verdad futuras enfermedades como la diabetes o los problemas cardíacos, que se suelen asociar con la obesidad, tendrías que tener en cuenta que estos desórdenes son más dañinos y te conducirán a esas complicaciones que en teoría tanto te preocupan. Por ello hay que evitar los TCA en adolescentes. Creo que como hemos asumido que sólo la gente delgada padece anorexia y que los gordos no pueden dejar de comer, olvidamos que cuando incentivamos la pérdida de peso, en realidad estamos promoviendo las restricciones y los desórdenes, que tendrán consecuencias terribles.

              cultura de las dietas
              Curtis Baker/Netflix//Netflix
              Imagen de ’Stranger Things’

              Luego está el asunto de que muchos pacientes necesitan perder peso para tener acceso a los servicios de salud…

              Una persona gorda puede ir al médico con sinusitis y el profesional le va pedir según entra por la puerta que pierda peso. ¿Cómo va eso a solucionar sus alergias? Nuestro modelo de medicina se centra en que el peso se vincula con la salud, aunque las investigaciones señalan que el peso puede tener un papel especialmente peligroso, de hecho, cuando alguien está perdiendo mucho peso de forma alarmante. Estamos haciendo un flaco favor a la salud cuando nos centramos en la pérdida de peso, porque quiere decir que los gordos no pueden tener acceso a muchos tratamientos ni pueden pasar por el quirófano, porque les cuesta tener acceso al ser obligados a perder antes peso. Les van a exigir que pierdan peso antes de considerar pasar por esos trámites que son necesarios para mejorar su salud. El resultado es que la gente gorda evita ir al médico, porque va a ser tratada de forma agresiva, por lo que sigue enfermando y cuando finalmente acude, está peor. Cuando decimos que es muy poco saludable estar gordo, no creo que podamos al respecto sin señalar que no es saludable estar gordo, sencillamente, porque el sistema sanitario no te quiere tratar.

                ¿Qué efectos puede tener para los niños estar a dieta desde una edad temprana?

                La mayor forma de detectar la posibilidad de tener futuros desórdenes alimenticios es hablar de los niños que son sometidos a dietas. Incluso si no llegan tan lejos, terminan por tener una relación poco saludable con la comida, y las dietas pueden además impactar a su crecimiento al restringir la ingesta de determinados alimentos y en algunos casos, incitar a practicar demasiado ejercicio. Su salud mental sufre también.

                "Realmente no puedes controlar el peso de tus hijos"

                  ¿Se sienten los padres un fracaso cuando sus niños son gordos?

                  Sin duda, porque se les juzga. Se les vincula inmediatamente con la vagancia, incluso cuando lo cierto es que nuestra talla se relaciona mucho con nuestra genética y con factores que no podemos controlar. Realmente no puedes controlar el peso de tus hijos, y creo que es importante saberlo para que no sintamos semejante presión. Hay que comprender que realmente destruimos nuestra relación con nuestros hijos si nos centramos tanto en su peso, y por si fuera poco, eliminamos el disfrute de las comidas familiares, porque todo se reduce a perder peso. Los niños se merecen una infancia mejor en la que no todo sean números y calorías.

                  ¿Qué es comer “de forma saludable” hoy en día?

                  Al hablar de una alimentación saludable, solemos pensar en únicamente las verduras, pero aunque son geniales, los niños no pueden crecer sólo comiendo vegetales. Necesitan hidratos de carbono y grasas, por lo que han de acceder a todo tipo de alimentos, incluso a los procesados y a los azúcares. Una relación saludable con la comida para mí es que mi hija pueda disfrutar de diferentes tipos de alimentos e ingerir las suficientes calorías para nutrir su cuerpo sin sentir que hay restricciones.

                  "Si nos preocupara la salud, nos preocuparíamos en cómo hacer que esos alimentos fueran accesibles"

                  ¿No está la alimentación saludable ligada irremediablemente a la riqueza y a la clase?

                  Cuando hablamos de comer de forma saludable, quizás esa hamburguesa que tantos demonizan vaya a ser la opción más saludable a la que pueda acceder una familia determinada, porque le permite alimentar a su gente por poco dinero. La ensalada en cambio tiene un precio mayor, cuesta más prepararla y encima y al final, tus hijos le darán dos bocados y no querrán más. Esa no es una opción saludable, porque no es suficiente para que se sacien y encima, no encaja en tu presupuesto. Hay que pensar sobre cómo la definición que tenemos de lo que es saludable se relaciona con el privilegio y cómo sirve a muchos para presumir frente a los demás de su estatus social. Si nos preocupara de verdad la salud, nos preocuparíamos en cómo hacer que esos alimentos fueran accesibles a más personas. No tenemos que demonizar las decisiones que las familias hacen para alimentar a sus familias, sino que hemos de comprender que hay muchos factores que entran en juego.

                  Para finalizar, ahora que hablas de ensaladas, en el libro dices que en tu casa, dejas un bowl con ensalada siempre en la mesa para que tus hijos se animen a tomarla. Sin embargo, ¿realmente un niño antepondría una ensalada a un plato de huevos fritos con patatas, por ejemplo?

                  No se trata de querer que los niños piensen “esto es bueno para mí”, sino que quieran comer diferentes tipos de comida para que con el tiempo, introduzcan esos alimentos en su día a día. No quiero que mis hijos jamás elijan una ensalada antes que unos huevos fritos con patatas, sino que piensen “Hoy me apetece una ensalada” o “Voy a comer huevos con un poco de esta ensalada como acompañamiento”. Como dices, en casa siempre ponemos un cuenco con ensalada en la mesa y nuestros hijos a veces nos piden que les demos y otras, no. Lo importante es no presionarlos para que la coman, porque de esta forma, estaríamos asegurando que no la quieran nunca. Si te digo “si quieres tomar galletas, te tienes que tomar la ensalada”, verás la ensalada como el trámite para acceder a lo que realmente está bueno. Mi hija nos ve tomar estos alimentos al tiempo que su paladar se va sofisticando, por lo que cuando crezca, creo que se interesará más por probar otras cosas, y considero que podemos hacerlo sin etiquetar alimentos como “malos” o “buenos”. Hay que fomentar la curiosidad en la comida, y así los niños ya trazarán su camino”.