El siete representa el número del autoconocimiento. Los nacidos bajo su signo tienen el propósito de averiguar quiénes son, qué hacen aquí y hacia dónde se dirigen, por ello son los grandes buscadores de respuestas. Su lección de vida les pide que encuentren una fe perdida, que vuelvan a conectarse con su interior, que se acepten como son y que reivindiquen el derecho a ser diferentes.

Si esto sucede cargarán con el sambenito de raros, palabra que escucharán infinitas veces a lo largo de su vida y que, lejos de ser un inconveniente, es el indicador de que las cosas van bien. Vienen a recordarnos que debemos despertar nuestras aletargadas conciencias, para ello deben despertar antes en ellos su profunda espiritualidad. Esta vibración mágica y misteriosa avisa de que ha llegado la hora de abrir los ojos y empuja a liberarse de los modelos mentales estrechos.

En 2011: ¿Qué tal enamorarse y po­der compartir toda esta filosofía de vida? Para los que ya tienen ese amor, será el momento de conectar con gente con la misma visión del mundo.