El pragmatismo y la dimensión realista de la vida son dos de las características de un virgo y lo convierten en una persona que tiene una peculiar necesidad
de resultar útil a los demás. En el amor siempre estará dispuesto a ayudar a su pareja, es servicial de una forma desprendida, capaz de conmover a cualquiera.

 Los detalles son su pecu­liar pasión secreta, debido a eso, si tienes un virgo cerca, es mejor que cuides hasta el extremo todo lo que haces, dices o planeas. Es analítico y si, al final, dejas algún cabo suelto, este signo de tierra se encargará de someterte al tercer grado hasta conseguir la cuadratura del círculo.

Una persona impulsiva, desordenada y visceral que busque alguien afín debe evitar a alguien nacido a finales del verano. Si, en cambio, es alguien que en el amor necesita lógica, orden, sentido práctico y precisión, deberá buscar un virgo, porque tendrá en él un compañero generoso dispuesto a darlo todo por su media naranja.