Éste es el signo más solemne del elemento tierra. Para la cabra todo es seriedad, de tal forma que nadie espere vivir aventuras triviales o relaciones efímeras con una de estas personas nacidas en pleno invierno.

Cuando un capricornio hace algo lo hace de verdad. Deberás recordarlo siempre. Aunque, eso sí, primero tiene que vencer su natural reserva y los temores que muchas veces lo atenazan. Para enamorarlo, lo mejor es darle seguridad y reafirmar a menudo su confianza. Es entonces cuando se entrega, siendo capaz de esforzarse al máximo por su relación y de convertirse en un titán, si hiciera falta, dispuesto a afrontar cualquier dificultad que pueda entrometerse en su historia de amor.

Es muy difícil que pierda el autocontrol, y lo material es un factor importante en su vida. Si eres un alma hippy, una de estas cabras no es para ti. Pero si te seducen las relaciones que pisan fuerte y que tienen por meta la estabilidad, será un amor para toda la vida.