Si eres el año siete, baja el ritmo, deja atrás ciertos hábitos, toma perspectiva y cuestiona tu manera de trabajar, amar o vivir. Es el momento de enfrentarse a lo inesperado e incluso a las oportunidades repentinas. Vivirás un periodo de transición, puede ser un año sabático y original o más conforme con tus convicciones personales. ¿Un consejo? Si estás bien contigo misma, lo estarás con los demás.